El suceso mundial de la película “La sociedad de la nieve” sorprende a Pablo Vierci, escritor y periodista uruguayo, que recogió en el libro del mismo nombre, historias de vida y también de muerte, como invalorables testimonios de los sobrevivientes del accidente de un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, el 13 de octubre de 1972. ”Con Juan Antonio Bayona (director de cine) nos conocimos en el 2011 y estamos trabajando en la cinta codo a codo desde el 2016. Yo siempre le decía a Bayona que esto iba a generar una ola y que todos hablarían de la película, lo que cambió cualitativamente fue la magnitud. El impacto de ‘La sociedad de la nieve´ pasó de ola a tsunami de una forma brutal, empecé a darme cuenta de cosas que desconocía, la fuerza del streaming, la fuerza de las redes, del Internet”.
Lo vital del libro es que no solo cuenta cómo un grupo de jóvenes busca vencer a la muerte, nos cuenta las historias detrás de cada uno de ellos. Exactamente, y eso es intransferible. Y además, cuál es la historia más valiosa, desde la épica, sin duda, la hazaña de la travesía de Nando y de Roberto, sin ninguna duda. Para mí, lo más épico de todo es el pacto de entrega mutua que está escrito en una carta, un chico que no vivió, que quedó en la montaña. Un chico que escribió; si yo muero, puedes usar mi cuerpo para que sigas en representación mía. Yo creo que no hay acto de coraje y de generosidad mayor en la historia del ser humano que esa, pequeñita, en el fondo, allá arriba, en los Andes.
Allá en las alturas, en medio de la nada y de la muerte se gesta una sociedad de pura solidaridad. Que en cierto modo, yo creo, es inspiradora. El efecto que está produciendo la película que está basada en el libro, es que hay 170 millones de personas que ya la vieron y hay muchísimos jóvenes que están debatiendo sobre la fraternidad, sobre la generosidad, sobre el sentido de la vida. Yo creo que esto va a empujar esos proceso de acercarnos a una sociedad mas solidaria. Lo que descubren los jóvenes en esta historia, es volver a la fraternidad, esa tarea tan sencilla que tienen ellos en la “Sociedad de la nieve”, donde la prioridad es el herido.
¿Fuiste compañero de colegio de los sobrevivientes, esa cercanía fue un privilegio para lograr registrar con fidelidad la historia? Sí, estoy de acuerdo, fue un privilegio, pero a la vez fue un compromiso, son las dos caras de una misma moneda, y ocurrió en la película lo mismo, los sobrevivientes y familiares de los que murieron nos dieron carta blanca, nadie nunca leyó una línea del guion.
¿Se tuvo que pedir permiso a todos los involucrados en la tragedia? A todos, cien por ciento. Cómo se explica que nos hayan autorizado para contar la historia con confianza, y yo creo que el tiempo hizo su parte. La verdad yo conocía a casi todos los del colegio, pero al final terminas conociendo a todos. ¿Cómo se logra esa empatía con Bayona y con la productora? Creo que es porque todos pudimos contar lo que sucedió desde el lado de la fraternidad, desde la generosidad, es una historia donde no hay maldad.
Hay libros que tienen adaptaciones cinematográficas desastrosas, ¿tuviste que ver con el guion de la película? Yo empecé el 2016, 2017, 2018, escribiendo el guion, y en determinado momento nos dimos cuenta que yo claramente privilegiaba, inconscientemente, mucho más a las personas, que a la película. Llegó un momento en que Bayona me dijo, pero fíjate en lo que has escrito, en 300 páginas, le estás dedicando 5 minutos a cada personaje. Fue allí que Bayona encontró el rol que tendría que sería de “guardián y custodio” de la historia y los personajes, con “reverencia absoluta”. Yo siempre tuve voz y voto, cuando algo no se ajustaba a la realidad, era el puente para ayudar en el proceso.
No hay otra, finalmente hay que ponerse de acuerdo. Alguien tiene que llevar la guía, tiene que liderarlo, tiene que tener los galones suficientes para liderar, es el caso de Bayona, es sabio en contar historias, es sabio en artes plásticas, sabio en música, sabio en tantas disciplinas.
¿Además de ver la película, por qué deberíamos leer el libro?
Lo que yo siento es que una película es una elipsis, son 2 horas y 24 minutos, de 72 días de hechos. El libro se aproxima más al tiempo real, el otro es una elipsis condensada muy poderosa, pero ambos son como muy complementarios. No recuerdo quién fue el que dijo que una película se parece a un cuento, pero requiere una novela para todos los detalles. En este caso, la película es como el cuento, y el libro es lo que sería la novela; ahora que la presenté en Madrid hace tres días, yo no podía creer tener al frente 300 jóvenes, y los chicos estaban todos con el libro, nunca vi tantos libros juntos como ese día.