Los nueve cuentos de “Los perseguidores” (Colmena Editores, 2022) de Pablo Ignacio Chacón están marcados por lo extraño y la soledad.
A pesar de partir desde cotidianidades, con el transcurso de las narraciones, la realidad se desenfoca hacia otros matices, entrando en lo fantástico, con historias insólitas y una honda marginalidad de sus protagonistas.
La mayoría de sus personajes están aislados, por propia voluntad o factores externos, tratando de buscar una conexión con los demás o alejándose porque ese vínculo puede ser dañino, como en el caso del cuento “Animales”.
La incomprensión, las diferencias, lo extraordinario son las huellas del abismo de las voces de este libro, así como la persistencia para conocerse a sí mismos y lo que sucede en su entorno.
El tiempo también es otro fragmento de la propuesta que aborda Chacón en su conjunto de relatos, un tema que explora en fondo y forma, destacando “El beso de la luna”, “Albedrío” y “La huaca inútil”.
El último mencionado cuenta la historia de una arqueóloga que se obsesiona con un espacio maldito: una zona donde el tiempo transcurre en una dirección contraria a la experiencia sensorial de los habitantes, logrando una esfericidad tanto del argumento como de la estructura narrativa. Un cuento redondo.
En “Los perseguidores”, Chacón ha presentado una voz sólida y una propuesta que mantiene su coherencia hasta el final, con una serie de giros que no se desgastan, incluso al tocar lo metaliterario, y una prosa alimentada de valiosa información que construye, de manera precisa, los mundos que luego va a demoler y recomponer con su voz narrativa para entregar una mirada novedosa.
AISLADOS
“Gente un poco dañada” (Pesopluma, 2022) de Antonio Díaz Oliva reúne siete cuentos que tienen como protagonistas a personajes atribulados y envueltos en tramas cada vez más insólitas.
La publicación recoge relatos de los libros “La experiencia formativa” y “La experiencia deformativa” del escritor chileno.
El libro arranca con “La ciudad ya escrita”, un texto que resalta por su tono de desarraigo: un día gris y lluvioso en medio del alicaído parque de diversiones Coney Island.
Díaz Oliva suele plantear personajes alejados de lo que sucede a su alrededor, aunque siguen participando de la dinámica social, logrando un retrato actual de la vida moderna, con sus sombras y su ineludible soledad.
Mientras que, en “La experiencia formativa” y “Réquiem generacional”, la intriga de las historias aumenta y el autor nos lleva por pasajes abigarrados de situaciones extremas. En el primero, se detalla cómo dos jóvenes intentan escapar de una ciudad hippie que se aísla de los horrores de la dictadura.
El otro relato presenta a un investigador que se aproxima a una serie de suicidios de estudiantes en Estados Unidos, para relatar los últimos días de los fallecidos a pedido de sus familiares, como una forma de buscar el sentido a las repentinas y lejanas partidas.
La escritura como una forma de ordenar el mundo, de acercarse a lo que parece incomprensible.
EXTRANJEROS
Otro libro de relatos sobre el desarraigo es “Lejos” (Alfaguara, 2022) del escritor peruano Santiago Roncagliolo.
No es una novedad que la prosa del autor de “Abril rojo” es un torrente atractivo que encandila a la mayoría de lectores.
En esta oportunidad, lo hace en distancias más cortas, pero con historias de personas que han dejado la tierra natal para sufrir, gozar, fracasar y atinarle a algo en otros países: gente que termina convirtiéndose en extranjeros de sus propias vidas, sin saber dónde encajar realmente.
Las doce historias tienen la virtud de adentrarse en los mundos más personales de sus protagonistas. Roncagliolo compone un viaje dentro de los pasajes que muchos prefieren mantener oscuros y seguros, donde no se le pueda colocar la luz por las verdades que pueden relucir de manera inclemente.