Ricardo Chadwick (Foto: Alberto Valderrama)
Ricardo Chadwick (Foto: Alberto Valderrama)

Después de tres años de trabajo, el publicista peruano , fundador y director creativo de la premiada agencia Fahrenheit DDB, hizo su debut literario con la novela “El silencio entre nosotros” (Plaza & Janés, 2019).

La ficción, inspirada en los padres del autor, narra la historia de amor entre dos personas que no tienen la capacidad de escuchar y se conocen en Lima muchos años después de huir de una Europa en guerra.

¿Por qué sintió la necesidad de contar esta historia?

Primero, por mi experiencia con dos padres sordos y, segundo, porque los lectores van a encontrar en los personajes una inspiración. Son un ejemplo de superación porque logran pasar por un montón de dificultades, de obstáculos. La sordera no es ningún vía crucis si se la enfrenta con alegría y optimismo. Sentía la necesidad de compartirlo porque yo tengo el mejor hogar posible. No paso por ningún problema. Tengo un hogar sólido. La sordera no puede ser un impedimento para lograr las metas que uno tiene.

Más allá de las dificultades, está novela cuenta una historia de amor...

La novela habla de la historia de amor entre dos personas, de la historia de amor de los niños con sus padres, de los niños entre ellos como amigos, de los padres con sus hijos y sus nietos. Es un libro que habla del amor en sus diferentes dimensiones y en sus diferentes tipos de relación. La sordera es el rasgo principal de los personajes, pero no el foco de la novela. Tú te vas a olvidar de que son sordos porque los vas a vivir como personas con las que te puedes identificar. Lo que yo quiero plantear con la novela es una mirada inclusiva. Hay que mirar a estos personajes más allá de su sordera. Finalmente, creo que el amor es el motor de esta historia y hace que la sordera pase a segundo plano. Es una lucha por la felicidad, no por dejar de ser sordos.

Pese a ello vemos que también enfrentan los prejuicios...

La novela no busca criticar. Todo lo contrario. Lo que busca es alentar. Si alguien tiene un hijo sordo el día de mañana, que se sienta cómodo, que no sienta que su hijo va a tener un problema, que es una cosa que le va a marcar la vida para siempre. Hay otras cosas que a veces nos marcan la vida que parecen mucho más sencillas y mucho más superables y depende de cómo la afrontemos nos puede hacer la vida más desgraciada. La sordera no tiene por qué ser una de ellas. Todo depende de cómo la afrontemos. Y ahí es donde siento que mis padres son un ejemplo de cómo la sordera no tiene por qué hacerte la vida infeliz.

Ricardo Chadwick