Sin preámbulos, cuando el reloj marcó las nueve de la noche, la máquina de la resistencia de Roger Waters se activó en el Estadio Monumental.
En la pantalla, el otro escenario de Waters, apareció una mujer sentada en la arena de una playa, con la calma de una mañana límpida, bajo el pausado rumor de las olas. La quietud, luego de varios minutos, se enturbió cuando el cielo enrojeció: el preludio de la destrucción.
La mujer, la playa, las olas, el mar cristalino, la plantas, el aire, todo se distorsionó en una mancha rojiza, como una nebulosa latiendo, hasta convertirse en un planeta oscuro, perdido en el universo, que anunció el inicio del concierto del exmiembro de Pink Floyd.
Primero sonó “Breathe”. “Respira, respira en el aire”, se escuchó en el escenario, en el campo y las tribunas: miles de seguidores intentando no asfixiarse por la emoción de reencontrarse con Roger Waters, 11 años después, o por la primera experiencia de verlo con su espectáculo que parece de otro planeta, pero que trae un mensaje para este mundo.
DEJEN EN PAZ A LOS NIÑOS
“One of these days” y “Time”, con su marcha de los relojes en la pantalla y el bajo de Waters convertido en un tic-tac trepidante, fueron las siguientes canciones del concierto que duró tres horas. Después, las coristas Jess Wolfe y Holly Laessig interpretaron las perfectas armonías de “The great gig in the sky”, una ópera del futuro que terminará dando pase a “Welcome to the machine”: la máquina y la sangre, la muerte bajo el metal.
Los clásicos de Pink Floyd que no faltaron fueron “Wish you were here”, pura nostalgia, y “Another brick in the wall”, el grito de la libertad de los chicos, fue uno de los más celebrados.
En el escenario, una fila de niños se quitaron el uniforme anaranjado y la tela negra en la cabeza, el traje del ejecutado, para enseñar en el pecho la palabra que acompaña la música y el activismo de Roger Waters: “Resist!” (¡Resistir!).
-
CERDOS
A lo largo del show, las frases en contra de las dictaduras y presidentes del mundo se leyeron en la pantalla gigante. Además, los poderosos del dinero y la política aparecieron en “Money”.
Sin embargo, Donald Trump fue la principal figura de “Pigs”, con montajes para burlarse del discurso del republicano.
Aunque no se vio la frase alusiva al fujimorismo, Roger Waters habló de la corrupción y la discriminación en el Perú: “Somos hermanos sin importar la raza ni la religión”.
“Han sido el público más maravilloso para el que he tocado”, dijo Waters, quien también pidió que “alcen su voz contra las armas nucleares”.
La pobreza, la muerte y la guerra, construidas con el sonido de los aviones, los disparos y las bombas que parecían caer sobre Lima, dieron paso al prisma, entre “Brain damage” y “Eclipse”, con los colores proyectándose hacia el cielo y la luna.
Así, “Comfortably numb”, el cómodo adormecimiento, cerró un concierto que termina con la mujer del inicio, envuelta en los sutiles sonidos de la naturaleza: una calma por rescatar de la destrucción.