Vanessa Saba: “Ser actriz y casarme fueron las decisiones de las que no he dudado”
Vanessa Saba: “Ser actriz y casarme fueron las decisiones de las que no he dudado”

“¿Y quién es más ladrón? ¿El que roba al pobre o el pobre que roba para comer?”, con estas preguntas reflexiona sobre su actual personaje de Antonia en la obra teatral ¿Bajo sueldo? ¡No hay que pagar!, un drama que cuestiona las injusticias de una sociedad que se encuentra en constantes dilemas entre sus valores y la sobrevivencia. Diario Correo entrevistó a la reconocida actriz, quien cuenta con casi 20 años de trayectoria, para que hable sobre su carrera y su reciente incursión como guionista.

¿De qué trata ¿Bajo sueldo? ¡No hay que pagar!?

Es una obra italiana escrita por Dario Fo y Franca Rame sobre gente de clase muy baja. Toda la puesta en escena transcurre en un día que resulta siendo especial porque las mujeres se han rebelado en el supermercado al no querer pagar los precios que han dictado los dueños, debido a que han subido una vez más. La obra tiene un trasfondo un poco dramático en realidad, pero por la situación de los personajes es hilarante también.

¿Cómo describirías el personaje de Antonia?

Ella es una mujer casada, creativa, inteligente, de mucha fortaleza porque se sobrepone a los problemas; mientras que su esposo es muy pegado a la ley, del partido obrero, que cree que hay que hacer las cosas correctamente. Ella, que maneja las cuentas de la casa, que también trabaja, se da cuenta de que con el sueldo de los dos no les alcanza; entonces se las ingenia y está como loca intentando proteger esa comida que ha robado y que no la descubran.

Inicialmente no estabas en el elenco, ¿cómo recibes el llamado del director?

Con mucho respeto y agradecida de que haya pensado en mí. También es la parte de ayudar a los compañeros que en ese momento estaban ahí. Luego, cuando leí la obra, me pareció que era una oportunidad, porque es un personaje muy intenso y exigente. Entonces he abordado esto con todo el profesionalismo que he podido. Había que aprenderse la letra muy rápido para poder hacer ensayos sin tener que estar con el texto en la mano. Mis compañeros y el director han tenido toda la predisposición, al margen de las circunstancias tan complicadas y tristes (fallecimiento de Sofía Rocha, quien interpretaría a Antonia). Igual he tomado esto como una oportunidad.

Tienes casi 20 años como actriz; de todos los papeles que has realizado, ¿qué personajes te han parecido memorables?

Difícil. No podría escoger uno. El personaje de la película Ella y él, que hicimos con Frank (Pérez-Garland, su esposo); también el papel que hice en la cinta El vientre. Otro es María Eduarda, de la serie Amor de madre; le tomé mucho cariño. Y en obras de teatro, este (Antonia) va a ser uno de mis favoritos. He tenido la suerte de que me hayan tocado proyectos muy bonitos, papeles bien retadores e interesantes.

Has incursionado como guionista; lo último que supimos de ti fue que trabajaste en Rapto. ¿Tienes planteado en algún momento dirigir?

Dirigir me parece muy difícil porque, imagínate, tienes que tomar muchas decisiones todos los días, pero además debes mantenerte firme en esa decisión y llevarla hasta el final. No sé si podría hacer eso, porque hay muchas formas de hacer una escena, de contar una historia. El talento de los directores es que tienen la capacidad de ver en macro cómo se puede contar una historia, yo no sé si podría establecer una sola forma de contar la historia y mantenerme en eso hasta el final, me parece muy difícil. Escribir me gusta y quiero seguir trabajando con Frank; él es el que sabe, es su terreno.

Si no fueras actriz, ¿hubieses continuado con la publicidad?

Eso estudié, pero no sé si lo hubiera seguido. Ahora me gusta más, porque cuando lo estudiaba no me gustaba tanto en realidad. No sabía muy bien qué hacer, estaba medio perdida en la vida en ese momento. Tal vez hubiera estudiado Psicología; me gusta las cosas que tengan que ver con la investigación.

¿Y cómo tomaste la decisión de ser actriz?

Seguí un taller de casualidad, y esa decisión fue fácil, porque me sentí cómoda y no quería salir de ahí. Ser actriz y casarme fueron las decisiones de las que no he dudado. Otro tipo de decisiones, a veces muy tontas, me cuestan un poco más; pero estas dos, que han sido esenciales, en realidad, me hicieron sentir muy segura, felizmente.

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