Víctor Lozada: “Desde el colegio siempre quise escribir”
Víctor Lozada: “Desde el colegio siempre quise escribir”

El debut literario de Víctor Lozada, El sueño de cerbero (Surnumérica, 2018), entrega una novela policial donde no solo los detectives van detrás de un asesino serial, vinculado a extraños casos y un sombrío personaje con tres perros que emulan al ser mitológico del infierno, sino que la realidad, o lo que concebimos como tal, se cuestiona con el paso de las páginas del libro.

De esta exploración sobre la percepción psicológica y física de la realidad, de su acercamiento a la literatura, del miedo y la violencia en Ciudad de México, donde está ambientada la novela, conversamos con el autor arequipeño.

Algunos escritores dicen que sus historias surgen a partir de una imagen. ¿Cómo fue en tu caso? Fue exactamente eso. Viví cuatro años en Ciudad de México y recuerdo que las últimas dos semanas estaba recorriendo la zona por donde yo residía: La Condesa. En el centro está el Parque México. Una tarde, estaba sentado un poco triste, porque me iba a doler dejar la ciudad, y se me vino la imagen de que ahí estaba una persona y, al lado de esta, alguien asesinado por la primera. Y que cerca del homicida había una especie de ente con tres perros. No podía dejar de pensar en esto y dije: “¿Qué tal si intentamos hacer toda una historia basada en esa imagen?”.

¿Por qué ambientaste la historia en Ciudad de México? No quería olvidar zonas específicas de la ciudad que tanto quiero: calles, parques, comida. Y hay varias partes de la novela que, si tú la llevas a Ciudad de México, puedes ir por las cuadras que recorre el personaje. Después de seis años, en octubre del año pasado, regresé y pude hacerlo.

En la novela, uno de los policías dice que ha sido un día tranquilo porque solo hubo seis homicidios. ¿Influyó este contexto de violencia en tu libro? En ese tema, Ciudad de México puede ser tan violenta como cualquier otra capital de América Latina. Entonces, ya que involucraba asesinatos en la historia, tenía que hacerlo en una ciudad donde sí se podría decir que había un cierto grado de violencia. Cuando estaba escribiendo esta novela, había llegado a 50 mil muertos por la guerra contra el narcotráfico. 

Además de tu formación de psicólogo, ¿cuánto te documentaste para el libro? La novela me tomó un año y tres meses. Y el tipo de literatura que más leí fue sobre el tema de la física cuántica y qué es la realidad. Porque en el libro se habla de la realidad interna y externa de las personas: las dos son subjetivas. Hay ese dicho que señala que una persona puede hacer del infierno un cielo y del cielo un infierno. Entonces, quería representar que decir que tú puedes representar tu propia realidad no es solo un tema psicológico sino físico. Las leyes de la física son ambiguas. Entonces, uno de los puntos que busqué establecer es que la locura, lo extraño de la mente humana, no solo es interna sino externa.

¿Cómo ha sido tu exploración del miedo a través de la literatura? Uno de los sentimientos más difíciles que se pueden lograr a través de la literatura es el miedo. Lo agarré como una especie de reto. Cuando estaba escribiendo la novela, trataba de autogenerarme miedo y de escribir en ese estado.

¿Cómo ha sido tu acercamiento a la literatura? Desde el colegio siempre quise escribir. En cuarto de primaria, en la clase de Lenguaje, tenía que hacer el examen sobre gramática y otros temas, pero al final había una imagen de un marcianito que estaba llegando a la Tierra. Y al lado había un espacio para escribir una historia basada en esta imagen. Escribí la historia. Una semana después, la profesora dijo: “Lozada, párate y lee tu historia”. Lo hice. Y luego ella comentó: “Todos miren a Lozada, él va a ser escritor”. Fue uno de esos momentos en que te cambian la vida.

PERFIL

Víctor M. Lozada, escritor peruano

Nació en Arequipa en 1983. Tiene licenciaturas en Economía Política y Psicología por la Universidad de Georgetown (Washington D.C.).

DATO

7 p.m. es la hora de la presentación del libro. Comentan María José Caro y José Carlos Yrigoyen.