Brasil e Italia firmaron hoy un empate a dos goles en un vibrante partido amistoso disputado en Ginebra, en el que los ataques primaron sobre las defensas y en el que los dos equipos lo dieron todo, sabedores de la importancia del cartel.

El choque entre dos selecciones que suman nueve Mundiales -cinco Brasil y cuatro Italia- dejó un excelente sabor de boca porque ambos equipos buscaron la victoria hasta el final y no especularon en absoluto, pese a no tratarse de un partido oficial.

Desde el arranque, brasileños e italianos se lanzaron a buscar sin contemplaciones el área contraria, a menudo descuidando la defensa, lo que llamó especialmente la atención en el caso de los transalpinos, que no mostraron su tradicional solidez defensiva.

El gol pudo llegar de ambos lados desde los primeros minutos del choque, pero hubo que esperar a pasada la primera media hora para que un centro de Filipe Luis desde la izquierda, mal despejado por Barzagli, fuera recogido por Fred, que resolvió con maestría.

Dos fallos puntuales en la defensa, casi impensables en la tradición italiana del "catenaccio", condenaron a los italianos en los primeros 45 minutos del choque, que fueron un intenso intercambio de golpes entre dos equipos lanzados al ataque

El segundo gol brasileño fue un gran contraataque de Neymar, que cruzó en diagonal el campo italiano y en la frontal del área amagó el disparo para ceder el balón a Oscar, que superó con clase y tranquilidad con el exterior del pie derecho al meta italiano.

Fue una de las pocas apariciones del delantero del Santos, codiciado por media Europa y muy cerca del Barcelona, que pese a no prodigarse mucho dejó un par de jugadas marca de la casa, llenas de rapidez y verticalidad.

Brasil parecía tener bien controlado el partido hasta que en un córner mal defendido por la "canarinha" De Rossi logró meter la pierna y desviar la pelota lejos del alcance de Julio César.

El gol fue un resorte para Italia y para Balotelli, que apareció de la nada para recoger un balón en la frontal del área y superar por alto con potencia y colocación a un adelantado Julio César. Otro golazo.