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Christian Málaga había planificado el mejor año competitivo de su carrera con un final promisorio en el Rally Dakar 2019, a disputarse en enero próximo. El piloto de cuatrimotos peruano iba por su tercera experiencia con el objetivo muy claro: pelear contra los mejores y meterse entre los diez mejores “quads”. Sin embargo, una dura lesión alteró sus planes en mayo pasado y tras cinco meses de para, vuelve al ruedo porque renunciar a sus sueños nunca ha sido una opción para él.

¿Cuánto te ha afectado la lesión? 

Fue una fractura de cúbito con desplazamiento. Me pasó en la primera fecha del Cross Country. Fue brutal porque salí volando cuando iba a 120 km por hora y, al caer, caigo sobre el brazo. Eso sucedió el 23 de mayo de este año y recién en dos semanas podré volver a subirme a una cuatrimoto. Fue muy difícil porque yo pasaba por un gran momento, el mejor.

¿Es la más difícil que te ha tocado superar?

Yo he tenido ya una fractura en la muñeca izquierda y una en el antebrazo. Más complicada ha sido la fractura en la muñeca, pero en ese momento yo no tenía tantas competencias y podía tomarme todo el tiempo del mundo para mi recuperación. Ahora hay un poco de desesperación, porque tengo el Dakar muy cerca y cuando sucedió esta lesión, yo venía de ganar la primera fecha del Enduro y la primera fecha del Enduro Cross, venía en buena racha y la lesión me dejó fuera de todo. Justo cuando las marcas me decían que debía empezar a competir fuera por el nivel que había agarrado. Teníamos pensado competir en el exterior como preparación al Dakar 2019 y justo me lesiono...

Con solo dos meses para prepararte, ¿el trabajo mental debe ser fundamental? 

Yo tengo claro que ahora tengo que ir de menos a más, ser más calmado. Físicamente, voy a empezar a entrenar bastante fuerte. Hasta ahora estuve solo con cardio y piernas, y eso es bastante complicado porque solo podía entrenar la mitad del cuerpo. Mentalmente sé que hay varias cosas que debo entender y dominar, necesito mucha paciencia y poco a poco ir agarrando el nivel. Me quedan solo dos meses y sé que haré lo mejor posible.

¿Tus metas han variado en el Dakar 2019?

Hasta antes de que me lesione, yo tenía el objetivo de hacer una supercarrera, pero hoy con la lesión y sabiendo que estoy empezando en desventaja, tengo el doble de ganas de correr y competir con los mejores. Quiero competir y terminarla a como dé lugar. Yo soy una persona a la que no le gusta participar, me gusta competir y trato de dar todo de mi parte para eso.

¿Este Dakar será más fácil como dicen porque se correrá solo en Perú? 

Nada, todo lo contrario. Va a ser una carrera doblemente difícil. Es mentira eso de que será más sencillo. Ahora serán algo de 10 días en dunas, más del doble de lo que era en una edición anterior. Y las dunas siempre han sido el filtro en el Dakar, porque la mayoría de equipos grandes sufre en ese tipo de suelo, se van a morir de terror con tanta duna que hay en nuestro país.

Llevas dos experiencias en el Rally Dakar, pero aún no has podido completar una edición. ¿Qué lección recoges de esas dos participaciones y qué debes aplicar sí o sí para la edición 2019? 

La moto me la están dando la próxima semana, yo mismo la voy a armar y la voy a probar unas 20 veces por lo menos. Eso no hice en las dos ocasiones anteriores y la moto terminó fallando. Solo la probé un par de veces, ahora sé que la tengo que conocer al milímetro, probarla mil veces hasta que no quede duda de absolutamente nada. Eso será clave para tener más opciones de completar el rally.

¿Por qué sigue siendo difícil que haya más peruanos en el Dakar?

Competir cuesta mucho y la empresa privada no apoya todavía lo suficiente. A mí me da pena que hay muchos muy buenos pilotos como Ignacio Flores, por ejemplo, que no podrán correr por falta de presupuesto. En mi caso, tuve que tocar mil puertas y apelar a los amigos como Roberto Vecco, un piloto que también competirá en el Dakar, pero en motos. Ambos compartimos ahora el auspiciador principal.

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