Christian Eriksen, según confirmó la Federación Danesa de Fútbol (DFU), aceptó la recomendación de los médicos, tras una serie de exámenes. Por ello, el jugador danés llevará un desfibrilador implantado en su pecho con el fin de evitar sufrir otro problema cardíaco, como sucedió en el duelo entre Dinamarca vs. Finlandia en la Eurocopa.
Este aparato es un pequeño dispositivo que puede tratar a personas con ritmos cardíacos peligrosamente anormales y que envía pulsos eléctricos para regular los ritmos cardíacos anormales, especialmente aquellos que podrían ser peligrosos y causar un paro cardíaco.
“Después de que Christian se haya sometido a diferentes exámenes cardíacos, se ha decidido que debería tener un ICD, un desfibrilador cardioversor implantable. Este aparato es necesario tras un ataque al corazón debido a las alteraciones del ritmo cardíaco”, señaló la Federación Danesa en un comunicado.
El organismo confirmó que el futbolista del Inter de Milán “ha aceptado la decisión” y que esta medida “ha sido confirmada además por especialistas nacionales e internacionales, los cuales han recomendado el mismo tratamiento”.
La DFU, que pidió “paz y privacidad” el centrocampista y su familia, también recalcó que su médico, Morten Boesen, había estado “en contacto” tanto con Eriksen como el especialista en Cardiología del Rigshospitalet donde está ingresado de cara a tomar esta decisión.
Por otro lado, uno de los médicos que le atendió en el césped del Parken Stadium de Copenhague el pasado sábado, Jens Kleinefeld, relató que sólo fue necesaria una descarga para reanimar al jugador de 29 años. “Abrió sus ojos 30 segundos después y pude hablar con él. Fue un momento muy conmovedor porque la tasa de éxito en este tipo de emergencias médicas es mucho menor en el día a día”, indicó a la edición del jueves de los periódicos de la editorial Funke.