A veces -sin darte cuenta-, la vida te coloca retos en el camino que te educan y te preparan para el futuro. Sin embargo, está en uno mismo verlo así: tomar los obstáculos como experiencias positivas y darle un giro al destino para alcanzar el muy deseado éxito. Este fue el mensaje que me dejó Remigio Huamán, hombre que tuvo limitaciones desde niño, por las que tranquilamente pudo renunciar a su sueño de correr; no obstante, convirtió cada una en un estímulo más para luchar.
No muchos conocen que tu inicio en el fondismo estuvo en la chacra...
Inicié en este deporte desde muy pequeño. En el campo, nosotros estamos desde la infancia detrás de los animales pastando, yendo a la chacra y ayudando a nuestros padres. Cuando estamos más grandes, caminamos al colegio. En primaria, son pocos kilómetros; pero, en secundaria, tenía que desplazarme 15 o 16 kilómetros diarios, para volver a la chacra en las tardes. Aunque no me daba cuenta, ya estaba entrenando.
¿Y por qué más personas de la zona no corren también?
Debe haber otros muchísimos talentos en el campo, que han caminado más horas que yo al día y más kilómetros; pero, tal vez, falta que las entidades públicas promuevan más eventos deportivos. Hacer selecciones en las comunidades campesinas, captar a todos los mejores y llevarlos a centros de alto rendimiento. Yo soy de Huancavelica, que la conocen como cuna de fondistas, pero no hay espacios para encontrar talentos de una comunidad lejana.
¿Cómo buscaste oportunidades?
Anteriormente, era un poco complejo. Para empezar a participar, había que salir a Huancayo o a Lima, ya que no había muchas competencias a nivel de la región, y uno tenía que arriesgarse y viajar por su cuenta. Yo llegué en 1998 a Lima; no conocía nada, pero me trajo un primo y así mi inicié. Y a los 16, fui a Huayucachi (Huancayo), donde terminé en tercer lugar y gané mi primer premio afuera de mi región: un plato de comida, que fue de tallarín. Esa es una de mis tantas anécdotas.
Pero encontraste más limitaciones...
Claro, nadie sabía con qué tipo de zapatillas se debía correr. Me trajeron unas de Huancayo. Eran de esponja; se podían parchar con las sandalias que ya no servían. Nosotros íbamos al río Ichu, que pasaba por mi distrito. Caminábamos por horas para buscar sandalias que a veces se le quedaban a la gente entre las espinas y las piedras; las pegábamos con pegamento y salíamos a entrenar y competir de ese modo.
¿Y qué te decía la gente?
Mis amigos me molestaban. Cuando era tiempo de sequía (agosto, setiembre), que no llueve, yo corría por la tierra y, como las zapatillas estaban parchadas con dos sandalias, se levantaba mucho polvo. Cada que pasaba, los chicos me decían: “Ya viene Remigio con su 4x4 levantando el polvo”. Así fue el tema con la indumentaria: algo complicado, pero no me paró.
¿No te gustaría volver y entrenar a chicos en Huancavelica?
Más adelante me gustaría, pero la realidad es otra. Sabiendo que el niño, el joven, no tiene una zapatilla en la casa o no tiene algo para comer, ni un plátano para llevarse a la boca, es difícil. ¿Con qué conciencia lo llevo a correr y entrenar por media hora si después no tiene qué comer? Yo me sentiría mal; es muy triste. Acá deben involucrarse los Gobiernos para tener más programas.
Pero el running ha cobrado fuerza; es casi una moda...
Este mundo está creciendo bastante. Ya hay grupos que practican, se juntan y van a eventos cada fin de semana. Para los que prefieren ir a las montañas, el trail también está de moda. Eso es bueno para nosotros, pues más empresas lo ven como una apuesta y nos ayudan en varios rubros. Van a aparecer otros jóvenes y tendrán más oportunidades de sobresalir.
¿Qué se viene para ti este año?
He empezado en las Islas Canarias; esperaba un mejor resultado, pero fue positivo. Iré a Cali (Colombia) en dos semanas, para el Pacifik Trail, donde correré 63 kilómetros. La carrera será de gran nivel, ya que viene el subcampeón del último mundial.
Y luego, vendrá tu primer Mundial...
Sí, será el evento más importante del 2018. Será en España, el 12 de mayo. Iré con la selección nacional, la cual participa por primera vez en el evento. Para ser mi debut, apunto a pelear por el podio o estar dentro de los diez primeros. Sé que los europeos y americanos tienen la experiencia de años y mejor nivel, pero nos estamos preparando para la competencia. Hasta ahora, somos dos personas, aunque se pueden sumar más.