Mauricio Castro llegó a Moscú alentado por el sueño de ver a Perú en el Mundial. El único problema -que ahora no le preocupa tanto- es que no tiene medios para regresar desde la lejana Rusia.
Hincha de la selección peruana no escatimó esfuerzos y desde hace varios meses hizo taxi para juntar el dinero necesario. Joven de 26 años enrumbó hacia Europa ni bien terminó sus estudios de economía en San Francisco, donde vive hace cuatro años.
"Salí para Europa el 14 de mayo. Llegué a Madrid, tomé un par de buses y fui a Barcelona. Luego hice dedo hasta Milán, me tocó dormir en una estación de tren. Después visité algunos amigos en Viena, me fui a Venecia. Un poco de todo", relató Mauricio Castro para el medio argentino TyC Sports.
Él fue uno de los aficionados que llegaron al Arena Khimki para ver el primer entrenamiento de Perú. Tiene entradas para los partidos contra Dinamarca y Australia. Además uno de octavos, que confía disputar contra Argentina.
Pasada la fiebre mundialista, Mauricio tendrá que sentar cabeza y buscar la manera de regresar a su hogar. Por ahora tiene parte del trayecto asegurado: recorrerá en bicicleta -que aún no consigue- el tramo entre Alemania y España.