El difunto Johan Cruyff revela en su autobiografía haber rescatado a Pep Guardiola para la competición de alto nivel.
El suplemento del diario “L'Équipe” adelanta hoy varios extractos del libro “Memorias” que Cruyff escribió antes de morir el pasado marzo a los 68 años junto al periodista del “Sunday Times” David Walsh y que saldrá a la venta en Francia el 6 de octubre.
Futbolísticamente, Cruyff no esconde algunos de los que considera sus logros, como haber hecho de Guardiola un jugador para el Barça.
“El Barça quería librarse de él. Lo consideraban un flacucho, malo en defensa y nulo en el juego aéreo. Lo que nadie veía era que tenía las cualidades básicas para llegar alto: inteligencia en el juego, rapidez en la ejecución, técnica. Si no hubiese estado yo en el Barcelona, habría sido seguramente vendido a un club de Segunda División”, recuerda.
Cuando a Guardiola le ofrecieron hacerse cargo del primer equipo del Barça, el holandés le dio a su gran heredero espiritual su “regla de oro”: “Quería ante todo subrayar que él debía ser el jefe, quien tomase las decisiones y quien asumiese las consecuencias (...) En ese sentido, Pep está en la misma línea que yo”.
En el libro, también rememora a la gloriosa “Naranja Mecánica” vencida por Alemania en la final del Mundial 1974, una derrota a la que, pese a lo que pueda parecer, Cruyff pudo sobreponerse rápidamente.
“Con el pitido final estábamos decepcionados, evidentemente. Sin embargo, me recompuse rápido. Y finalmente me afectó muy poco, prácticamente nada. Creo que es a causa de la enorme carga positiva que nos rodeaba, de la admiración universal por nuestro juego”, dice.
A partir de entonces, a su juicio, el juego de Holanda “abrió la puerta a todos los jugadores que no eran ni grandes ni robustos. La tendencia se desplazó hacia la calidad y la técnica, mientras que antes lo que contaba era sobre todo el compromiso y el trabajo”.