Tras 25 largos años, el boxeo peruano vuelve a la cita multideportiva más importante del planeta, los Juegos Olímpicos. En el Kokugikan Arena de Tokio, se exhibirá la bandera rojiblanca por la participación de dos exponentes. Uno de ellos, y en realidad el primero en clasificar a la cita, es Leondan Pezo (peso ligero), quien no deja de sonreír por el logro, pero que al mismo tiempo lamenta el abandono de este tradicional deporte.
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¿Esperabas clasificar a los Juegos Olímpicos?
La verdad que sí. Estuvimos a la espera del resultado, ya que por segunda vez se había cancelado el Preolímpico en América. Teníamos la esperanza por la medalla obtenida en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 y gracias a Dios se logró. Estoy muy contento y siguiendo con mis entrenamientos.
¿Qué esperas lograr en tu primera participación?
Dar lo mejor. Espero pronto salir del país para empezar a prepararme afuera (Europa).
Por ahora estoy aprovechando al máximo el tiempo que queda para entrenar y mejorar algunas cosas junto a mi entrenador.
¿Qué clase de boxeadores y peleas esperas encontrar en Tokio?
La verdad que ahora los boxeadores están muy fuertes y eso porque han tenido mayor roce de competencia que uno. Por eso estoy trabajando muy duro en los entrenamientos.
Entonces, ¿cuál es el objetivo trazado?
Sonará ambicioso, pero espero conseguir una medalla, que es una de mis máximas metas. Yo voy a seguir trabajando con mi equipo para conseguir buenos resultados, tanto en este certamen como en los próximos que se presenten.
El boxeo peruano retorna a los JJ.OO. después de 25 años, ¿crees que ha sido olvidado en el país?
La verdad que sí y es también por la falta de apoyo. Al boxeo siempre lo dejan para el último. Si hubiera más respaldo contaríamos con más deportistas y mejores resultados. Hay talento, hay buenos boxeadores, pero lastimosamente no todos cuentan con un apoyo, se echan para atrás o se quedan en el camino.
¿Hay empresas que apuestan por el boxeador peruano?
La verdad, creo que no. Hay pocos, seguramente, pero si hubiera más se vería y se sentiría el apoyo. El dilema del boxeo es el aspecto económico porque si no tienes resultados, no hay ni un mínimo de respaldo. Algunos vienen de provincia y no tienen para pagar un cuarto, la comida y los pasajes; eso es algo que no los deja avanzar. Es un obstáculo.
¿Durante el primer año de pandemia tuviste que realizar un alto a tus actividades deportivas?
No. Por ahora cuento con el apoyo del programa ‘Vamos con Tokio’, que me ha ayudado muchísimo para no parar con mis entrenamientos. Desde el principio de la pandemia estuve entrenando en casa porque no se podía salir. No tenía las herramientas, pero traté de acomodarme con lo que había. Gracias a esta ayuda me dedico al 100% al boxeo.