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Hace 10 años  entró, una vez más, en la historia del fútbol pero esta vez no por una tragedia como la ocurrida en el estadio de Heysel o la de Hillsborough sino por ser protagonista de uno de los grandes milagros del fútbol que hace de este deporte uno de los más hermosos, si no el más hermoso.

El 25 de mayo del 2005, en el Olímpico de Ataturk en Estambul, Turquía, Liverpool llegaba a una nueva final de , la primera tras la tragedia de Heysel en Bélgica, donde fallecieron 39 personas, y tenía frente a un ultra favorito con  en el banco y jugadores de la talla de Shevchenko, Maldini, Crespo, Seedorf, Stam, Kaka, Nesta, entre otros. 

Por su parte, con Rafa Benítez el 'spanish Liverpool', como era llamado, tenía en el campo a Luis García, Xabi Alonso, Milan Baros, Sammi Hyypia y, por supuesto, a su capitán, , sin embargo la situación no empezaría de la mejor manera, antes del minuto de juego, Paolo Maldini abrió el marcador tras aprovechar un tiro libre.

Sin embargo, el medio tiempo llegaría y con él la hinchada 'red' cantando el 'You'll never walk alone' alentando a sus jugadores a pesar de estar cayendo 3-0. En la segunda parte el milagro aparecería.

En tan solo 6 minutos, Liverpool empataría el partido, primero Steven Gerrard a los 54 minutos de cabeza, a los 56 sería el turno de Vladimir Smicer y a los 60, Xabi Alonso fallando primero el penal frente a Dida, sin embargo el balón le quedó a los pies y esta vez puso el 3-3.

Tras ese tanto, Milan intentaría igualar el juego evitando la debacle por lo que se irían al tiempo suplementario y a los 117' el arquero del Liverpool, el polaco Jerzy Dudek, haría una  frente a Shevchenko que llevaría todo a la definición por penales que le daría a los 'red' su quinta Champions. El milagro había ocurrido.