La capacitación y la mejora profesional es una constante para cualquier individuo que busca adaptarse a todos los contextos y tener los conocimientos necesarios para afrontarlos. Bajo esa premisa, existen distintas alternativas que los profesionales pueden elegir para continuar con sus estudios de posgrado. Uno de los más populares son las maestrías, dado que, al año, alrededor de 10 mil peruanos inician una, según datos de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU).

Concluir una maestría se traduce en nuevas oportunidades, tales como una mejora salarial, un nuevo cargo dentro de su organización y más ofertas laborales. Si bien, antes de la elección de una maestría, se toma en cuenta aspectos como la plana docente, la modalidad y el contenido del programa, existe un elemento que muchos profesionales no analizan profundamente y que puede ser una puerta hacia nuevas experiencias laborales. Se trata de la internacionalización.

En un mundo cada vez más globalizado, la internacionalización se convierte en un factor crucial para los profesionales, llegando a marcar la diferencia tanto en la calidad educativa que se brinda al estudiante como en las oportunidades laborales futuras. Por ello, Guillermo Raffo, director de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener, resalta tres beneficios de la internacionalización y por qué los profesionales deben optar por este aspecto en su futuro académico.

• Acceso a mayores redes de conocimiento: El enfoque internacional de las universidades facilita la colaboración académica y de investigación. Esto se traduce en el acceso a recursos distintos y de alta calidad según las alianzas universitarias que tenga la institución. Asimismo, los estudiantes tendrán las oportunidades de beneficiarse participando de proyectos internacionales o haciendo uso de laboratorios de investigación y plataformas digitales de aprendizaje.
• Movilidad académica: Una maestría que cuente con la posibilidad de participar en programas de intercambio, pasantías internacionales y dobles titulaciones permite que el aprendizaje académico alcance un nuevo nivel, en donde el profesional adquirirá habilidades prácticas en diferentes contextos culturales y laborales. De esta manera, se fomenta la adaptabilidad y la resiliencia, cualidades muy valoradas por las organizaciones.
• Diversidad cultural: La experiencia educativa se forma a través del conocimiento y la experiencia, y una maestría con enfoque internacional reconoce que la interacción con compañeros y docentes de distintas partes del mundo se traduce en un profesional con la capacidad de resolver problemas en un contexto global, así como la construcción de una red de contactos que faciliten el desarrollo de proyectos y emprendimientos.

Estos son algunos de los beneficios por los cuales la internacionalización es un aspecto clave para la elección de un programa de maestría.

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