Alberto Ísola vuelve a sorprender en la dirección de teatro con la obra Un cuento para el invierno, basada en la obra de William Shakespeare, que se estrena este sábado 12 de setiembre en el Teatro Británico de Miraflores. La puesta en escena presenta la historia de los reyes Leontes y Políxenes (Leonardo Torres Vilar y Miguel Iza, respectivamente), dos viejos amigos que se enfrentan al paso del tiempo con temor y se niegan a crecer. Alberto Ísola cuenta detalles de la pieza y su trabajo como director de teatro.
Ya no te vemos tan seguido en la televisión, ¿has decidido alejarte de ella? Yo siempre he sido un hombre de teatro, entré a la televisión muy tarde, a los 46 años, y ahora tengo 62. No me he alejado porque no quiera hacer televisión, sino porque no han habido muchas ofertas interesantes. Si volviéramos a los buenos tiempos de la ficción probablemente regrese.
¿Qué te gusta más del teatro? Lo que pasa es que el teatro sucede cada noche y la reacción del público siempre es distinta. Si se trata de una comedia es más fácil saber si le gusta al público porque si se ríe quiere decir que está funcionando. Cuando haces un drama no sabes si el silencio es porque le gustó a la gente o está dormida. Me fascina ese contacto directo con el público.
¿Y de la dirección teatral? Yo estudié para ser director. Es una historia algo extraña porque usualmente los actores son quienes terminan siendo directores, en mi caso fue al revés. La dirección es mi gran amor. Aunque es muy complicado porque tienes que hacerte cargo de todo, por más que trabajes con un equipo de primera. Como director tienes que tomar decisiones todo el tiempo y eso a veces es un poco estresante.
¿En algún momento quisiste dejar la actuación? Te voy a confesar una cosa, creo que el temor más grande que tenemos todos los actores es olvidarnos de la letra. Me pasó un tiempo, pero ya no. Ahora estoy bien con la actuación, pero creo que si llega el momento en que me cueste mucho trabajo, me dedicaré básicamente a lo que más me gusta hacer, que es enseñar.
¿Por qué elegiste Un cuento para invierno? Es una de las obras menos conocidas de William Shakespeare, mucha gente no sabe ni siquiera que existe. A mí me cautivó desde que la leí cuando tenía 17 o 18 años. Me gusta porque habla de algo muy importante: que conforme avanza tu vida tienes que acostumbrarte a la idea de que las cosas evolucionan. En esta obra los dos protagonistas se enfrentan a la vejez y por negarse a crecer causan dolor profundo a sus familias. Creo que es una obra que dice algo muy interesante: en la vida tienes que permitir que las cosas sigan su ciclo.
¿Le tienes miedo al paso del tiempo o a la muerte? Al paso del tiempo le tendría miedo si me impidiera hacer cosas. A la muerte no porque sé que es algo que va a suceder. En los últimos años murió gente muy querida para mí, pero qué se puede hacer. No pienso en eso porque sé que sucederá en su momento.
¿Sientes que aún te falta algo por hacer? Siempre me va a faltar algo. Una cosa que me ha pasado en los últimos años y que me gusta es que la gente a la que he enseñado, como por ejemplo Juan Carlos Fisher, me haya dirigido. Creo que esta es la última obra en lista que quería hacer. Nunca he participado mucho en el cine porque me parece muy difícil, pero el cine peruano está pasando por un momento estupendo y, de repente, me gustaría ser parte de una película. No lo sé. Ahora prefiero estar abierto a las posibilidades y ver qué pasa.
¿Por qué dices que el cine es difícil? Yo soy un actor muy lento, me tomo mucho tiempo y el cine es muy inmediato. Cuando hicimos La ciudad y los perros de Pancho Lombardi, yo reemplacé a un actor y fue una muy buena experiencia. Pero cuando Pancho nos mostró la película a los actores yo le dije: “Pancho, yo quiero volver a hacer mis escenas”, por supuesto todo el mundo se rió en mi cara. No porque no me gustara la película, sino porque soy muy exigente. Entonces eso siempre me ha mantenido un poco lejano. Por eso me emociona mucho que a una persona tan cercana como Salvador del Solar le esté yendo tan bien con Magallanes.
¿Cuál es tu meta? Ya dejé de pensar en eso, ahora lo que más anhelo es seguir trabajando. No me he planteado más metas, he tenido una carrera muy buena y prefiero que la vida me sorprenda.