Azucena Gutiérrez: "“De niña aprendí la pasión por el trabajo”"
Azucena Gutiérrez: "“De niña aprendí la pasión por el trabajo”"

Mucho antes de que Azucena Gutiérrez se graduara con altas notas en Administración de Empresas, ya tenía claro lo que era ser una emprendedora. Lo había aprendido de niña tras observar y meter mano en las labores diarias de sus padres al frente de un restaurante de pescados y mariscos. Desde levantarse a las 5.30 a.m. para ir al mercado, hasta atender a los clientes cuando ya era más grandecita. Hoy, junto a sus dos hermanos, es responsable de Disfruta, una cadena de juguerías con 25 locales.

¿Qué recuerdas del trabajo con tus padres?

Mucho, prácticamente desde que nací estuve metida en su negocio. Fue una escuela muy divertida y lúdica. Salía a comprar con ellos al mercado, escogíamos el pescado fresco, le quitábamos la tinta al calamar. Conforme crecimos, con mis hermanos atendíamos a los clientes.

¿Con qué enseñanzas te quedas hasta hoy?

De niña aprendí la pasión por el trabajo. El compromiso que ellos tenían era único. Se levantaban temprano y con muchas ganas de trabajar. Desde chica quise ser igual.

¿Cómo nace tu empresa?

Tenía pensado hacer Disfruta desde cuarto ciclo en la universidad, pero fue en 2005 que se convirtió en un proyecto como parte de un curso final. Luego, con mis hermanos, ahorramos por dos años para poner el negocio.

¿Por qué una juguería?

Mi papá había sido mayorista de frutas y era una ventaja. Su mamá también había tenido una juguería. Era algo que iba con nuestro estilo. Nos parecía divertido y muy saludable. Acá los peruanos somos muy jugueros.

¿Cómo les fue al inicio?

Empezamos en una esquina de la casa de mis padres en San Borja. Luchamos mucho y nos dieron una oportunidad para entrar a un centro comercial en Chiclayo. Con mis hermanos nos turnábamos para ir. Nosotros mismos pelábamos la fruta y preparábamos todo. Luego entramos a más centros comerciales y crecimos en unos meses.

¿Qué fue lo más difícil?

Yo trabajaba para una empresa importante, mi hermano Eduardo igual. Teníamos que dejar esos empleos para dedicarnos de lleno al negocio. Esa decisión fue lo más difícil. Encima, nuestros padres no querían porque decían que no teníamos por qué arriesgar. Sin embargo, lo hicimos, les dijimos que éramos igual a ellos. Ahora están felices.

¿Y ustedes?

Igual. En una empresa hay que innovar. Ahora desde el 15 de marzo en nuestros locales vamos a servir en envases de vidrio que son totalmente reciclables y contribuimos con el medio ambiente. También ofrecemos combinaciones con chía, linaza y más productos. Hay que innovar porque es una forma de enamorarse siempre del trabajo.

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