Perú sumó cinco meses de déficit fiscal de 4%, el nivel más alto desde 1992, excluyendo la pandemia, según el Área de Estudios Económicos del BCP.
Recordó que en setiembre hubo dos operaciones notorias dentro de las cuentas fiscales, pero no tuvieron impacto directo en el déficit fiscal.
Uno fue el registro de la operación de capitalización de Petroperú. La segunda operación fue la transferencia de utilidades del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (FONAFE) al Tesoro Público por S/1.3 mil millones.
Agregó que, excluyendo esas operaciones, los principales resultados de las cuentas fiscales mostraron una recuperación de los ingresos tributarios y un gasto corriente e inversión pública en aumento, pero en menor medida
El BCP precisó que la recaudación por Impuesto a la Renta se incrementó 13% y la del IGV interno aumentó 10%. En contraste, el gasto corriente se expandió 5.5, con un gasto en remuneraciones que aumentó 9.3%. Además, la inversión pública nuevamente se incrementó a doble dígito (11%).
Recordó que el Consejo Fiscal alertó sobre los riesgos fiscales que pueden comprometer la sostenibilidad fiscal del país como la aprobación de la reforma del sistema previsional sin un estudio técnico adecuado sobre su costo actuarial, el continuo apoyo financiero a Petroperú con recursos del Tesoro Público sin una estrategia concreta para su sostenibilidad financiera, el creciente endeudamiento de la Municipalidad Metropolitana de Lima que podría constreñir su capacidad de prestación de bienes y servicios futuros, y una serie de decisiones en la gestión presupuestal de parte del Ejecutivo que rompen con buenas prácticas de prudencia y responsabilidad que han caracterizado la a la gestión fiscal del país.