La semana que pasó se realizó una nueva versión de CADE Universitario, donde se destacó el rol que deben asumir los jóvenes en el país y que salir del país no sea lo primero que hagan, comentó Gonzalo Galdos, presidente de IPAE Acción Empresarial, asociación empresarial privada.
En entrevista con Correo, el empresario indicó que el país padece de un liderazgo mediocre en el Ejecutivo y el Congreso y recordó que la población no tiene que pedirle favores al Gobierno y que, por el contrario, hay que exigir a las distintas autoridades que trabajen por la educación, salud y seguridad de la ciudadanía.
¿Qué expectativas tienen los empresarios del mensaje presidencial que Dina Boluarte dará el 28 de julio próximo?
Hay un conjunto de compromisos que los empresarios esperando desde el inicio de este Gobierno. Uno, no se tomaron las medidas suficientes para reactivar la economía; los trámites para la inversión no se han reducido; no se concreta el apoyo político a proyectos como Tía María (N. del E.: al cierre de esta nota Southern había informado a sus trabajadores que el proyecto reiniciaría su desarrollo el 1 de julio próximo); hay retrasos en obras como el puente Santa Rosa, que dará acceso al nuevo aeropuerto Jorge Chávez. No solo estamos retrasados en inversión pública, sino también en dar condiciones para dinamizar la inversión privada; en dar normas para integrar a los informales a la economía, en reactivar el potencial del sector agroexportador, que fue totalmente menoscabado. El 2024 tiene que ser un año en que debemos acelerar la inversión para recuperar la economía y reducir la pobreza. En la parte política, la debilidad del Ejecutivo frente al Legislativo es muy evidente. Un claro ejemplo es permitir que personas con sentencia puedan postular a las elecciones.
Es un punto muy crítico..
Creo que se necesitan algunas reformas que permitan que las empresas podamos financiar partidos políticos en forma transparente y directa, no hay manera de fortalecer los partidos políticos y no hay forma de cómo facilitar un financiamiento.
¿La inseguridad?
Hay una rotación de ministros del Interior que ya es patética, no hay una acción directa y firme en estos temas. Estamos profundamente preocupado porque sin seguridad no hay estabilidad ni hay inversión y sin inversión no hay crecimiento. Creo que es el indicador que claramente señala la mediocridad del liderazgo y la gestión política del Gobierno, del Legislativo, del Poder Judicial, lo que se refleja en el crecimiento de la pobreza, que pasó de 20 a 30% y es una cachetada a todo el trabajo y todo el esfuerzo que hicimos.
¿Percibe que el Ejecutivo está muy sujeto al Congreso?
Claro, se siente que es extremadamente condescendiente con el Congreso que está dando un conjunto de normas populistas y refleja intereses específicos, ese es el grave problema. Lamentablemente, los empresarios tenemos la percepción de que el Congreso está gobernando y eso sí nos preocupa. No solo es un tema de crisis de liderazgo, también hay una crisis de gestión y es porque los líderes institucionales, los funcionarios públicos que tienen a su cargo las diferentes instituciones y dependencias del Estado no están cumpliendo adecuadamente sus gestión. Entonces es muy difícil avanzar con un proceso burocrático al que se le suma una fiscalización interna que casi paraliza el aparato estatal. Estamos en una situación de mediocridad. Creo que tenemos que poner un alto a esta situación. No estamos sacando provecho al boom del precio del cobre, deberíamos, actualmente, acelerando la ejecución de todos los proyectos mineros, impulsando aún más el turismo, que requiere de mejores infraestructuras, además de garantizar la seguridad de quienes nos visitan; no hay medidas efectivas, el Ejecutivo hace aguas con un Ministerio del Interior que no se le siente.
¿El Congreso trabaja a favor de la informalidad?
Hay una diferencia entre ilegalidad e informalidad. La informalidad ha sido parte de nuestra República, la informalidad, en cierta forma, nos ha ayudado también a sobrevivir en los momentos difíciles. El empleo formal no podía sostener solo a la nación. Entonces nos tuvimos que procurar empresas informales. Pero, una cosa es la informalidad y otra la ilegalidad. La ilegalidad no se puede permitir porque demuele el aparato formal del estado; no se debe permitir que las organizaciones criminales actúen con impunidad. Tenemos que trabajar mucho en este tema porque ni el Poder Judicial ni la policía están trabajando en esa dirección. La inseguridad preocupa mucho a los empresarios porque está retrayendo las inversiones.
¿Pero, cómo lograr que las inversiones crezcan?
Que crezca el número de empresas y que los jóvenes como los que tenemos en el país, que por ausencia de oportunidades no tienen el número suficiente de empleos formales. Incluso, están viendo qué pueden hacer y entonces, y es muy preocupante, que el talento más importante esté pensando en irse del país. Bueno, lo que necesitamos es que se empiece a trabajar para construir una generación nueva del todo para fortalecer la democracia y sacar adelante el país. Tenemos que trabajar mucho en este tema y haría una invocación, que la presidenta tome cartas en el asunto y muestre la firmeza que se requiere de un gobernante para abordar estos aspectos. Creo que representan el sentido y la preocupación, a propósito de CADE Universitario, que se clausuró el viernes.
A propósito, ¿sus preocupaciones reflejan las de los universitarios que se dieron cita en CADE Universitario y que fueron temas de debate?
Claramente son las nuevas generaciones. Los actuales líderes ya están terminando su ciclo de liderazgo en el país, se requiere acelerar la transferencia, a los jóvenes, de la responsabilidad de empezar a tomar las decisiones que corresponden a la construcción del futuro, porque es el país donde ellos van a vivir y dónde van a buscar una calidad de vida. Hay una primera reflexión y es que necesitamos hacer esa transferencia y darles lugar a los jóvenes, lo más pronto posible. Es necesario una renovación, que no solo los mayores accedan al gobierno. Todos tenemos que construir esa transferencia. Lo segundo es que tampoco hay que tratar a los jóvenes con un criterio paternalista o excesivamente protector, porque se hace daño, se les ha convertido muy frágiles, no son resilientes, no han vivido crisis importantes, no tienen capacidad para persistir y se les llama ‘generación de cristal’.
¿Generación de cristal?
Tienen que asumir su cuota de responsabilidad con el país. Es un conjunto de jóvenes privilegiados por la educación superior, pues no todos tienen oportunidad de que sus padres inviertan en ellos para acceder a este nivel de estudios. Tienen que devolver esa inversión intentando en la cancha, trabajando en la búsqueda de oportunidades, o creando las oportunidades de emprendimientos, o desarrollando sus ideas, que lo intenten.
Pero eso es más difícil en la actualidad, ¿no?
Si después de intentarlo y hacer todo lo posible y no lograrlo, pues entonces es legítimo que quieran emigrar,. Busquemos que emigrar no sea lo primero que hagan. No podemos esperar que el Estado o el gobierno solucionen todos los problemas, nos hemos dado cuenta durante los últimos gobiernos que eso no va a suceder. Entonces nos toca asumir un rol protagónico, nos toca aportar desde nuestro espacio y nos toca exigir que el Gobierno, que representa a la mayoría que lo eligió, tome las medidas mínimas que se esperan, no tenemos que pedirle al Gobierno que nos haga un favor. Tenemos que pedirle que cumpla con lo que la democracia le exige, que gobierne en favor de las mayorías, que gobierne como se como se tiene que hacer, no con los niveles de corrupción que estamos observando y que permita reducir la pobreza, tenemos que reducir la pobreza, tenemos que reducir la anemia, es fundamental. Son tres cosas fundamentales que mejorar: la salud, la educación y la seguridad.