Laerke Skyum: “Vi una oportunidad y un hogar en el Perú”
Laerke Skyum: “Vi una oportunidad y un hogar en el Perú”

A sus oídos le llegaron maravillas del Perú. De Machu Picchu y lo exquisita que es nuestra gastronomía. Entonces, la joven Laerke Skyum sintió curiosidad y dejó su natal Dinamarca para venirse a Lima. Lo hizo como turista, claro. Sin embargo, tras casi diez años y sin imaginarlo, hoy en día es una próspera empresaria AYNI, una marca peruana que exporta prendas de alpaca a mercados como EE.UU., Europa y Japón.

¿Cuál fue su impresión al llegar al Perú?

Siempre tuve curiosidad por venir. Su historia y cultura me fascinaba. Al llegar encontré otro mundo, muy diferente de donde vengo. Con muchos contrastes a todo lo que conocía antes. El clima, la gente, los alrededores. Todo era nuevo.

¿Tenía la idea de iniciar una empresa propia?

Vine como turista en 2002. Me alojó la familia de la esposa de un amigo danés. Ella es peruana. Me recibieron muy bien. Ahí es donde conozco a Adriana Cachay, quien es mi amiga y socia.

¿Y cuándo empieza su emprendimiento?

Desde los doce años llevé cursos del rubro textil. Tuve algunos trabajos acá y con el tiempo conocí el algodón pima y la fibra de alpaca. Además, por primera vez vi la cadena productiva, el trabajo de las tejedoras de las comunidades y esa fue mi inspiración. Entonces, vi la posibilidad de entrar al rubro y compartí mis ideas con Adriana, con quien siempre quisimos hacer una marca propia.

¿Cómo fue al inicio?

El camino no fue fácil. No sabía decir ni gracias ni hola en español, pero en ocho meses aprendí a desenvolverme. Luego empecé a hablar con proveedores, comerciantes. Hasta hoy sigo aprendiendo. Por otro lado, éramos las dos quienes coordinábamos todo. Hoy trabajamos con 15 personas.

¿Hubo otras trabas?

Perú ha crecido en los últimos años. Tiene un clima atractivo para las inversiones, pero hay mucha informalidad. Por otra parte, al principio las tejedoras de las comunidades tenían desconfianza hacía nosotras. No confían mucho en extranjeros ni autoridades. Sin embargo, ahora es distinto.

¿Cuánto ha cambiado?

Hoy tenemos grupos con cuatro líderes que son entre 40 y 120. Hemos visto cómo su vida ha cambiado para bien. Han logrado un desarrollo personal, social y económico. Han mejorado su calidad de vida y le dan educación a sus hijos.

¿Ahora también les dan certificados?

Así es. Como AYNI DESIGN LAB somos el primer centro certificador autorizado por el Ministerio de Trabajo en competencias laborales de Tejido a Mano en Fibra de Alpaca. Con esto se les da un empoderamiento y se les brinde la oportunidad de trabajar para marcas extranjeras que piden ciertos estándares internacionales. La meta es certificar a mil tejedoras este año. También a 60 mujeres del penal de Santa Mónica.

¿Volverá a vivir en Dinamarca?

Ya no. Tengo familia y viajo a visitarla. Estoy comprometida con un peruano. Llegué como turista y vi una oportunidad en el Perú y luego un hogar. Creo que si me quedaba allá no habría pensado en hacer empresa. A nivel personal y profesional me siento muy bien.

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