Muchas empresas, al no tener un flujo de caja operativo positivo que genere buenos rendimientos, no tienen capacidad de pago en el corto plazo.  (Foto: GEC)
Muchas empresas, al no tener un flujo de caja operativo positivo que genere buenos rendimientos, no tienen capacidad de pago en el corto plazo. (Foto: GEC)

Ante el aumento de morosidad por la falta de pago de algunas empresas, habría entidades financieras en riesgo. Se estima que son 18 de las 52 instituciones financieras que vienen teniendo problemas.

Así lo advierte Jorge Carrillo Acosta, docente de Pacífico Business School: “En esta época, hay muchas entidades financieras, varios bancos o cajas que vienen registrando pérdidas en lo que va del año. La mora está por dispararse en el último trimestre porque no todos los clientes acceden a una nueva reprogramación”.

Al respecto, el economista Yang Chang, docente de posgrado en Finanzas de la Universidad de Piura, explicó que son varios escenarios que vienen generando este problema. Por un lado, hay empresas sobre endeudadas o muy al límite, y han tenido meses en los que no ha podido operar. Ni siquiera han cubierto los costos, y han consumido su capital de trabajo.

En ese sentido, Reactiva ha sido un alivio, pero no es una solución estructural, porque este programa estaba pensado para 3 meses, en cambio el problema ha durado mucho más. Las empresas, al no tener un flujo de caja operativo positivo que genere buenos rendimientos, no tienen capacidad de pago en el corto plazo.

“Por otro lado, los bancos se han demorado uno o dos meses para reprogramar, han actuado muy lento. Y eso termina matando a la empresa”, apuntó Chang. Sin embargo, la SBS sacó una norma hace unos días donde las entidades financieras tenían 7 días para responder sobre la reprogramación, cuando antes podían demorar hasta dos meses.

Para el docente, esta es una buena medida de la SBS para reprogramar deudas con un plazo de 3 a 4 meses. Aunque en algunos casos, el plazo debería ser mayor, añadió. Porque muchas empresas se están recuperando, pero no al nivel necesario para solventar sus obligaciones.

La idea principal es que por un lado no se ahogue a la empresa y evitar que se reduzcan empleos y por otro lado, salvaguardar a la propia institución financiera, porque evitas romper la cadena de pagos. “Ahí creo que la SBS debe ser más laxa, para sacar una norma que dé un plazo de 12 meses para refinanciar, sin tener que aplicar la política del cliente con problemas potenciales (CPP)”, dijo.

Otro apunte de Chang con respecto a las reprogramaciones va en el sentido de las empresas que necesitar consolidar todas sus deudas, y restructurarlas de acuerdo al flujo de caja. Es decir, un refinanciamiento ampliando el plazo y ampliando las condiciones del contrato.

“Para que puedan hacer eso los bancos tienen un impacto, y las SBS debería normar en qué caso excepcional se permite un plazo de 6 a 12 meses, dependiendo de la evaluación para que puedan hacer el refinanciamiento, y darle alivio a todas las partes”, precisó.

Finalmente, si una entidad financiera tiene malos indicadores porque está apalancada, probablemente tenga riesgo de continuidad. “Lo ideal sería que la SBS tenga un programa para forzar a que ciertas entidades se fusionen, para evitar que haya un riesgo sistémico. La medida adecuada es la consolidación, pedir que metan más capital, o un mix de ambos”.

Por último, otro tema que consideró importante el docente, es la necesidad de que el gasto público se reactive para que jale al resto de sectores.

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