Cincuenta años al aire es un logro que pocos han podido alcanzar. Luis Aguilar comenzó haciendo anuncios en los parlantes de un mercado, pero su voz lo llevó a consagrarse desde muy joven. Como impulsor de la nueva ola y creador de las antiguas matinales, Lucho tiene mucho por contar.
¿Cómo empezó en el medio? Comencé en 1965 trabajando en los parlantes de un mercado de Pueblo Libre, una especie de radio interna que existía en esos tiempos. Un señor me escuchó y me preguntó: “¿Usted quiere trabajar en la radio? Le doy diez soles para que haga los comerciales”. Así entré a Radio Callao.
¿Cómo nacen las matinales? Antiguamente, las radios tenían hasta 60 u 80 butacas y los programas de radio se hacían en vivo. Yo comencé con El show de las estrellas, en Radio Callao. Como iba mucha gente, un amigo me animó a hacerlo en el cine porteño y este reventó. Luego de dos o tres semanas me llamó el administrador del cine Tauro, que fue el emporio del movimiento de la nueva ola en aquellos años. Los domingos eran las matinales de 9 a.m. a 1 p.m. y ahí todo terminaba. ¡Cómo se divertía la juventud antes!
¿Sigue realizando festivales de la nueva ola? Sí, el 8 de diciembre voy a hacer un tributo al rock nacional. Sigo inmerso en ello, aunque no como antes, que los hacía cada semana o quincena. Hoy los costos han subido y la competencia es cada vez mayor. Tuve éxitos y caídas, porque tener una empresa siempre es así.
¿Qué lo motiva a continuar como impulsor de este movimiento? Me gusta la radio e hice de este juego de muchacho una profesión que me sirvió para apoyar a la nueva ola. Lo sigo haciendo porque es mi medio de trabajo y me encanta. Si me quitaran la radio y no pudiera trabajar, le diría a mis hijos: “Mejor métanme en un asilo”. No aceptaría estar lejos de la radio.
Desde su perspectiva, ¿cómo evoluciona la radio? Ha avanzado indudablemente desde el aspecto técnico. Antiguamente, nosotros grabábamos en tremendas cintas. Si yo entrevistaba a alguien, tenía que ir con mi máquina de dos carretes. En cuanto a los locutores, antes no había tantos muchachos como ahora. No les quito mérito, hay buenos chicos, pero necesitan otra clase de escuela.
¿Qué opina sobre la oferta musical? Ahora estamos huérfanos. No hay nada nuevo ni en rock ni en salsa; por eso surge la onda retro. Hay un atraso, no sé a qué se deba, pero es internacional. Antes teníamos una gran cantidad de artistas. ¿A cuál del momento traen los grandes empresarios ahora? A ninguno, solo a cantantes del recuerdo.
¿Qué le gusta más de la radio? Estar entre disco y disco. En los programas antiguas (años sesenta), las emisoras ponían tangos, vals, boleros, marineras, mambos, entre otros. Eso no pasa con los programas actuales, que creen suficiente con poner a José José, Julio Iglesias, Camilo Sesto y otros. Pongo la música que antes se escuchaba.
Este amor se refleja en su programa actual... En Los años maravillosos de Radio Unión trato de difundir la música que otras radios no ponen. Yo no necesito una computadora para contar, por ejemplo, que cuando Sandro apareció con su primera canción, Después de la guerra, se presenta con el seudónimo del “Guerrillero de la canción”, nombre que luego cambia al “Gitano de la canción”. Cuento estas anécdotas y trato de diferenciarme. Yo no necesito Internet para hablar al respecto.
¿Qué significa para usted la radio? La radio es el amor de mi vida. Dentro de penas y tristezas, he sabido hacer de este un medio para sobrevivir. Del recuerdo hice una profesión y en la radio encontré a mi gran amor, aquel que me ha dado cinco hijos.
ALGO MÁS.
- 15 años lleva trabajando Lucho Aguilar en Radio Unión con su programa Los años maravillosos.
- 50 años celebró Radio Unión este año, al igual que el impulsor de la nueva ola.