Varios inversores chinos están interesados en el complejo metalúrgico de La Oroya, en bancarrota desde 2009 y actualmente en proceso de liquidación, señaló el presidente Pedro Pablo Kuczynski, a los periodistas al término de su viaje oficial a China.
“Incluso un grupo con el cual hablamos, medioambiental e industrial, piensa que se podría mantener a los 1.600 trabajadores que hay ahí”, señaló el mandatario peruano.
El gigante estadounidense Doe Run gestionaba el complejo, una de las factorías metalúrgicas más importantes de Perú, pero paralizó las operaciones hace siete años aduciendo insuficientes recursos, mientras era acusada de contaminar gravemente las zonas aledañas con plomo y metales pesados.
Pedro Pablo Kuczynski subrayó hoy que no trató con los inversores chinos el tema específico de Doe Run, pues su caso “está siendo manejando por la empresa Dirige, que ha sido contratada por los acreedores”, entre los que está el propio Gobierno peruano.
PPK no detalló qué firma concreta podría estar interesada en el complejo de La Oroya, aunque podría ser alguna de las compañías del sector con las que se reunió en Shanghái durante sus dos días de viaje oficial, como la siderúrgica estatal Sinosteel.
El presidente adelantó este posible proyecto cooperativo durante su balance general de la visita, en el que destacó haber tenido “reuniones muy positivas con un número de empresas importantísimas que van a hacer inversiones en Perú”.
Pedro Pablo Kuczysnki citó el caso ya conocido de San Gabán III, donde la firma china Three Gorges (responsable de la Presa de las Tres Gargantas en el Yangtsé) y la portuguesa Energías de Portugal desarrollarán un proyecto hidroeléctrico.
Además, “hemos hablado de infraestructura, del Tren Transamazónico, pero sobre todo hemos hablado del tren de cercanías”, señaló el presidente en alusión a su proyecto de unir por vía férrea el área metropolitana de Lima, y que calificó con humor de “magnífico, porque lo he inventado yo”.
Pedro Pablo Kuczynski no quiso dar cifras sobre los posibles capitales que podrían llegar a Perú con los futuros proyectos chinos, alegando que las obras de infraestructura necesitan tiempo de estudio y en el sector minero “hay una magnifica voluntad de industrializar los minerales en el Perú, pero todavía va tomar un poquito de tiempo”.