La cifra va en aumento, según Víctor Hugo Montalvo, vocero del gremio ‘Juntos por la Peluquería’, que representa a seis mil locales a nivel nacional.  (Foto: GEC)
La cifra va en aumento, según Víctor Hugo Montalvo, vocero del gremio ‘Juntos por la Peluquería’, que representa a seis mil locales a nivel nacional. (Foto: GEC)

El rubro de la estética es uno de los sectores más afectados por la crisis sanitaria. Sus pérdidas económicas han sido catastróficas, hasta del 100 por ciento, durante los tres meses de cierre abrupto de sus locales por la cuarentena.

En sus primeras semanas de reapertura, las peluquerías apenas llegan al 30% de sus ingresos en comparación a lo que facturaban antes de la pandemia. Una situación que se agudiza por las deudas de alquiler, pagos a proveedores, al personal y ahora impuestos. Esto provoca que un 20% de salones de belleza del país cierre sus puertas de manera definitiva. La cifra va en aumento, según Víctor Hugo Montalvo, vocero del gremio ‘Juntos por la Peluquería’, que representa a seis mil locales a nivel nacional.

“Sabíamos que los ingresos se iban a reducir en esta reapertura, pero la facturación está muy por debajo de lo que registrábamos antes. Estamos muy preocupados porque el 70% de nuestros asociados alquila un local para trabajar. Algunos, por falta de pago, han sido retirados y otros mantienen deudas que tendrán que cancelar, pero con estos ingresos ¿cómo?”, señala el también gerente general de la cadena Montalvo, que en la actualidad mantiene el 40% de sus locales cerrados. 

TEMOR. Para el empresario, el miedo al contagio frena a los clientes de ir a los salones de belleza, y además, la modalidad de teletrabajo continúa y muchos no contemplan la necesidad de un servicio de corte de cabello por permanecer en casa.

MÁS DEUDAS. Por su parte, Edwin Torres, presidente de la Asociación Peruana de Peluqueros, Estilistas, Salones y Spa (ASPPESS), con más de 5 mil asociados en Lima, dijo que a las deudas acumuladas durante la cuarentena, se le suma el  monto de inversión que los empresarios de la belleza han tenido que asumir para cumplir con el protocolo de bioseguridad que exige el Ministerio de Salud.

“Nosotros como gremio no hemos podido acceder a créditos bancarios, no calificamos para las financieras. Hemos tenido que recurrir a préstamos familiares, incluso a prestamistas y aceptar altos intereses para poder invertir y reabrir nuestros negocios. La compra de termómetros, protectores faciales, trajes de protección, cambios y adaptación de mobiliario, pruebas moleculares a los trabajadores, nos demandó una inversión que ronda los 5 mil soles. Con deudas, sin apalancamiento y bajos ingresos, es difícil sobrevivir”, asegura Torres.