Redactar un testamento es la mejor forma de evitar pugnas entre los hijos tras del fallecimiento del padre o la madre. De esta forma, la persona establece quiénes serán sus herederos y cómo se pueden distribuir los bienes que deja. Existen tres tipos de testamento:
Ológrafo. Documento escrito del puño y letra del testador, que puede ser guardado por un familiar.Abierto. Documento escrito por el hereditario y enviado a un notario para que lo guarde.Por escritura pública. Documento elaborado ante un notario y en presencia de dos testigos. El notario registra lo que le dice el testador. En caso de tratarse de un adulto mayor, un certificado médico ayudará a dar fe de la capacidad de la persona.La ley establece quienes son los herederos forzosos, que son los hijos y demás descendientes, los padres y demás ascendientes, y el cónyuge o conviviente. Las personas solteras puede elegir libremente a sus beneficiarios.