Las compañías en Perú están estudiando, si es que no lo han hecho ya, cómo rediseñarse o reestructurarse después de la pandemia; y en este proceso priorizarán, probablemente, a las personas con mayor agilidad de aprendizaje o con menores brechas en las nuevas habilidades, asegura Mercer.
Las compañías en Perú están estudiando, si es que no lo han hecho ya, cómo rediseñarse o reestructurarse después de la pandemia; y en este proceso priorizarán, probablemente, a las personas con mayor agilidad de aprendizaje o con menores brechas en las nuevas habilidades, asegura Mercer.

Desde cuestionamientos en torno a medir por horas trabajadas o por resultados, hasta deficiencias en nuevas capacidades tecnológicas, son solo algunos de los puntos en discusión generados en las empresas a partir del trabajo remoto.

Y es que, sin duda, este nuevo escenario plantea nuevos desafíos, donde el reskilling –entendido como la capacitación en nuevas habilidades requeridas para nuevos puestos de trabajo que surgen en el tiempo– cobra mayor relevancia en esta nueva normalidad, asegura Gabriel Regalado, CEO de la consultora Mercer Perú.

“Hace 20 o 30 años lo que había típicamente era capacitación de competencias ya conocidas, sobre puestos donde solo se requería que el colaborador mejorará en algo particular. Ahora, ante el avance de la tecnología y la velocidad del mundo empresarial, nacen nuevas estructuras y nuevos puestos de trabajo que no son fáciles de cubrir y es ahí donde las empresas toman la batuta en aplicar un reskilling a los colaboradores que consideran más indicados”, explica.

Indica que las compañías en Perú están estudiando, si es que no lo han hecho ya, cómo rediseñarse o reestructurarse después de la pandemia; y en este proceso verán con qué equipos de trabajo quedarse y priorizarán, probablemente, a las personas con mayor agilidad de aprendizaje o con menores brechas en las nuevas habilidades.

“El principal desafío en los temas de transformación es la falta de competencia y habilidades de la fuerza laboral. No en vano, el estudio de Mercer ‘Tendencias Globales de Talento 2019’ reveló que las empresas perdieron US$ 900.000 millones en su proceso de cambio, principalmente por esta razón”, asegura.

SECTORES MÁS ACTIVOS

Regalado comenta que hoy en día son las grandes empresas las que apuestan por el reskilling, por un tema de conocimiento y soporte financiero; mientras que a nivel de sectores los más activos son el sistema financiero; el ‘retail’ (con el e-commerce); el de consumo y hasta educación. Mientras que el más rezagado es el de minería, por sus propias características.

Todas estas actividades económicas mencionadas, a excepción de minería, están pasando por un proceso de digitalización, acota. “Hasta las universidades han tenido que adaptarse y trabajar en exámenes de admisión virtuales y para ello han tenido que capacitar a sus colaboradores”, menciona.

Precisa que, por ejemplo, los equipos comerciales han tenido también que transformarse porque han reemplazado el contacto directo por otras plataformas de comunicación virtual, tipo Zoom, y hasta en este tipo de nuevas herramientas tecnológicas han tenido que capacitarse.

Para Regalado, aunque el reskilling es responsabilidad del propio colaborador, porque la habilidad es suya, es la empresa quien en la mayoría de veces debe llevarlo a cabo porque el trabajador no tiene la visión de lo que va a pasar y a veces tampoco los recursos.

“Si la organización tiene la posibilidad de invertir en reskilling y la visión de poder salir de esta crisis es necesario que lo haga, porque a futuro le saldrá más barato; de lo contrario el mercado lo puede terminar comiendo”, asevera el ejecutivo.

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