Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 67.7% de las empresas limeñas sufrió una disminución en sus ventas al segundo trimestre del año, como consecuencia de la crisis sanitaria COVID-19. Diversas empresas en el país están pasando por una etapa de reactivación que exige cambios en la gestión en cada negocio.
Pese a que el panorama es incierto, muchas compañías han desplegado diversas acciones para superar este escenario. Por ello, es importante para los gerentes comprender que su habilidad parar ahorrar y gestionar eficientemente es un factor clave para la supervivencia de una organización.
“Ahorrar implica mucho más que reservar una parte de los ingresos para necesidades futuras. Ahorrar consiste en disminuir gastos no prioritarios para destinarlos a usos más eficientes. Para ello, los gerentes necesitan diagnosticar, reasignar recursos y llevar un control de los mismos”, refiere Luis Fernando Terry, docente de la carrera de Marketing y Gestión Comercial de la Universidad Le Cordon Bleu.
“Una cultura de ahorro empresarial, debe lograr que cualquier miembro de una organización sea capaz de reformular y transformar los consumos, gastos y eficiencias dentro de una organización. Se hace aún más necesaria, en un contexto en el que los principales problemas para las empresas, en tiempos de pandemia son: a) disminución de la demanda; b) altos costos en seguridad sanitaria; c) falta de liquidez, d) dificultades en la cobranza a clientes; y e) limitaciones para acceder a fuentes financieras”, añade.
En ese sentido, el docente brinda cinco recomendaciones para fomentar la cultura del ahorro dentro de una empresa:
1. Evalúe el desempeño de su negocio: Reconozca cuáles son los procesos o actividades de negocios que generan los mayores costos y gastos (administración, ventas, financieros). Evalúe su punto de equilibrio y calcula tu rentabilidad operativa (utilidad). Con ello, podrá diagnosticar si las dificultades organizacionales provienen de: a) el modelo de negocio; b) un problema de estrategia; o c) de eficiencias operativas (necesitas ahorrar).
2. Si su problema es de estrategia: Es posible que una de las respuestas sea el proceso de digitalización o transformación digital del negocio. Según la consultora internacional EY, solo el 4.5% de las empresas presenta una digitalización del negocio avanzada. Las fintech y la banca digital, por ejemplo harán desaparecer miles de oficinas bancarias. Para superar esta dificultad estratégica, debes analizar en qué estrategias de negocio o funcionales están las oportunidades para generar eficiencias mediante el uso de la tecnología.
3. Si su problema es de eficiencias operativas: el primer paso es identificar dónde está drenando el flujo de caja. En qué actividades encuentra fuga de recursos. Algunos procesos para mejorar eficiencias en su cadena de valor: procesos de producción, procesos logísticos (importación, compras, pagos a proveedores), procesos de distribución (gestión de inventarios, distribución física o virtual, outsoursing), procesos de marketing y procesos post-venta.
4. Capacitación del líder y del equipo de trabajo. El ahorro y la reducción de gastos ya no es tarea exclusiva del área de finanzas. Encontrará oportunidades de optimización y eficiencias, siempre que tenga la capacitación adecuada en cada uno de los procesos. Para ahorrar también es necesario innovar, encontrar nuevas maneras de hacer las cosas, sin afectar la calidad del proceso.
5. Cultura del ahorro: Lograr una cultura del ahorro, es empoderar a los empleados a encontrar oportunidades de mejora. La labor de liderazgo y gestión de recursos humanos será clave para demostrarle a los empleados, que las eficiencias y el ahorro no tienen por qué afectar la estructura remunerativa y salarial de la compañía. Es vital, romper el paradigma sobre el cual se percibe que las primeras fuentes de ahorro son la reducción de carga laboral y reducción de la calidad de un producto-servicio.
Recuerde que la cultura del ahorro en una empresa no se reduce únicamente a recortar gastos. Es toda estrategia asociada a la optimización de costos que les permitirá tener una verdadera política de control de gastos, el cual tendrá un impacto positivo en la productividad de los trabajadores.