“Norma Martínez: "Todos nos enamoramos de la misma manera”"
“Norma Martínez: "Todos nos enamoramos de la misma manera”"

La historia de Callie y Sara fue escrita en 1998 por Diana Son y está ambientada en la ciudad de Nueva York, pero podría ocurrir en cualquier otro escenario. Ambas se conocen, descubren su amor y, al darse el primer beso, son objeto de una terrible agresión. Según comenta Norma Martínez, directora de la obra, desde que estrenaron “Stop Kiss” han podido comprobar cómo el público se ha identificado con una gran verdad en torno a esta ficción: el amor tiene el poder de hacernos mejores personas.

¿Cómo ha sido la respuesta del público frente a esta puesta en escena?

No teníamos idea de cómo iban a reaccionar. Nuestra sorpresa fue grande, con sala llena. Estamos agradecidos por la buena acogida, pero creo que esto se debe a una coincidencia fantástica que no habíamos planeado. La obra se estrenó en una coyuntura sociopolítica importante y esta coincidencia ha favorecido el interés por verla.

Cuando recién planeabas hacer la obra, ¿qué reto te propusiste?

El mismo que perseguí durante ensayos y que mantengo hasta ahora: que el público llegue a identificarse con la historia de amor. Para mí, “Stop Kiss” trata de una persona descomprometida con su vida, que a partir de un encuentro con el amor empieza a comprometerse consigo misma, con las cosas que siente y quiere.

Cuando leíste por primera vez la obra, ¿qué te atrajo de sus personajes?

Me gustó que sea una historia desprejuiciada. Me parecía muy duro que alguien fuera capaz de darle una paliza a otra persona hasta dejarla en coma solo por no estar de acuerdo con quién se está besando. Pero también es conmovedor que este hecho fuerce a una de ellas a hacerse cargo de la situación. Nuestros miedos y prejuicios nos alejan del amor, que es inherente a nosotros y nos hace ser iguales. Todos nos enamoramos de la misma manera, y en ese punto esencial ya no hay diferencias.

Como directora, ¿qué te cautiva de un proyecto?

La dirección sigue siendo una novedad para mí. Como actriz elijo proyectos que no haya hecho antes, una historia que me interese contar. Me motiva leer un relato y decir “¿cómo lo haré?”. Lo acepto para saber cómo puedo resolverlo y comprenderlo. Como directora busco que una historia me conmueva, manteniendo una mirada distinta que me permita aportar.

¿Cuál es el personaje que más recuerdas?

Hay varios. Tengo mucha suerte porque he hecho papeles increíbles y todos de alguna manera me han dejado algo. De lo más reciente pienso en Nawal Marwan, mi personaje en “Incendios”, del que aprendí muchísimo. También recuerdo las obras “En casa, en Kabul” y “Las brujas de Salem”. En realidad cada personaje te deja una enseñanza.

¿Qué te ha enseñado la actuación?

Por esa posibilidad de ponerme literalmente en los zapatos del otro: la tolerancia. Algo primordial para los actores es no juzgar al personaje, y eso me ha ayudado a estar más atenta en la vida, a comprender al otro porque lo que hago es recrear el comportamiento humano. Otra cosa que me gusta del teatro es el trabajo en equipo, pues en la función nadie es más importante. Si el técnico no pone el efecto en el momento exacto o el asistente de escena no puso el vaso, todo cambia.

Entre el teatro, el cine y la televisión, ¿qué es lo que más te ha gustado realizar?

Mi hogar es el teatro. Es uno de los lugares en los que me siento más feliz, así me toque actuar, dirigir o ser espectadora. En el teatro tengo una familia que ha crecido con el tiempo. Pero también disfruto conducir el programa “Sucedió en el Perú” y hacer ficción para televisión y cine. Siempre veo qué oportunidades hay en cada medio. Considero que mi trabajo es contar historias, y voy a ser feliz donde pueda revelarlas de la mejor manera.

¿Qué proyectos tienes para más adelante?

Tengo dos proyectos de dirección y otro más de actuación para este año. A veces fantaseo con la idea de dirigir una película, no sé si eso llegue. De pronto pienso en que esta obra podría volverse una película.

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