En agosto pasado, el Mincetur publicó los protocolos sanitarios para reactivar el turismo de aventura, canotaje y caminata en el país. De esta forma se establecen medidas de higiene y saneamiento como el uso de equipos de protección, protocolos en áreas de atención, administrativas y operativas, identificación de sintomatología, entre otros.
El presidente de la Asociación Peruana de Turismo de Aventura, Ecoturismo y Turismo Especializado (APTAE), Francisco Basili calificó esta medida como importante. “Dadas las cifras que se han venido dando de un descenso de casos, nos proyectamos que no deberíamos pasar de octubre para ir abriendo destinos”.
Precisó que, a diferencia de otros países, el canotaje y caminata no están considerados dentro del sistema de turismo de aventura en el Perú, por un tema normativo. Sin embargo, ya se está trabajando para que no existan reglamentos distintos.
Según la Adventure Travel Trade Association, la organización de turismo de aventura más grande del mundo, este sector viene creciendo desde hace 5 años a razón de 14% anual de forma continua en el mundo, siendo la actividad turística de mayor crecimiento. Mientras que en Perú venía creciendo un 12% por año.
Dichas cifras avalan el optimismo de Basili en el sector. Comentó que hay más de mil operadores de turismo de aventura que confían que este es un bache que no los detendrá. “Después de esto debemos salir a competir no solo para recuperar a los turistas. Tenemos que salir a hacer que la porción sea más grande, y ser más competitivos que antes”, señaló.
Para el titular de APTAE, si uno pone un paralelo y se imagina el turismo de aventura como si fuesen canchas, Perú podía ser sede del mundial. De hecho ya hemos sido sede de importantes eventos de surf, downhill, canotaje y kayak. Sin contar destinos como el Camino Inca, la Cordillera Huayhuash, Choquequirao y el río Apurímac.
De hecho, el 40% de todos los turistas que llegaban al Perú (4 millones, antes de pandemia), hacían por lo menos una actividad de aventura durante su viaje. Y el 35% de todo el turismo interno del Perú (8 millones) realiza turismo de aventura.
La recomendación de Basili es trabajar con empresas formales del sector. De esa manera se garantiza que se respetarán los protocolos de saneamiento, así como la seguridad en las actividades.
A diferencia del gran turismo, el turismo de aventura es un excelente distribuidor del dinero, porque se realiza en lugares alejados y ayuda a la gente de las comunidades donde se realiza la actividad, sostuvo Basili. El transporte, restaurantes, hospedajes y souvenirs, se traducen en ingresos para la industria local.
PERIODO DE GRACIA
Las pérdidas este año en turismo son incalculables. Por ejemplo, el 80% de las reservas del Camino Inca, que es el principal destino de aventura, se cancelaron. Por otro lado, Lunahuaná esperaban 25 mil personas para Semana Santa y 25 mil más para 28 de julio. “El cálculo es que 40% de las empresas de aventura no pasen de este año”, refirió Basili.
Muchas empresas optaron por los créditos de Reactiva 1 y 2 y están a la espera del FAE Turismo. Y muchos van a tener que empezar a pagar en mayo del próximo año cuando todavía no se va a haber reactivado nada, dijo el directivo.
Se está evaluando pedir como gremio que se amplíe el periodo de gracia de 12 a 24 meses, para que pueda haber una reactivación real. “Venimos de un sector empresarial que no ha generado un sol, en el que nos hemos endeudado para no dejar de contar con el capital más valioso que tenemos, que es el humano”.