55 años de Correo y un mismo ideal
55 años de Correo y un mismo ideal

Con Correo tengo algo así como un vínculo de sangre. Por cosas del destino, mi nombre apareció en su primera edición en la página social -así le llamaban entonces- como asistente a una fiesta infantil en casa de un amiguito en Mollendo, mi pueblo natal. Recuerdo que miles de ejemplares fueron regalados en las calles como promoción inicial, aquel 28 de enero de 1963.

Ni idea que unos quince años más tarde me enrolaría a su plana periodística, gracias a su director Carlos Meneses, quien me convocó cuando hacía mis inicios en otra publicación. Primero empecé a trabajar en esta casa y luego estudié la carrera en la universidad. Sin duda, fue Correo mi verdadera universidad. Meneses, Gonzáles Málaga, Aguirre Morales, fueron catedráticos de aquellos muchachos de entonces.

Alcancé a conocer a Luis Banchero Rossi. Todos lo reconocen como el gran capitán de la industria pesquera, pero no se ha dicho que él transformó y descentralizó la prensa nacional al crear una cadena de diarios que, desde entonces con el mismo nombre y entrelazados entre sí, cubren todo el país, identificados cada uno con su región. En Lima, alterné con Raúl Villarán, el genio que les dio vida.

El matutino de Arequipa apareció en circunstancias diametralmente opuestas a las del crecimiento económico de estos tiempos. Dos terremotos, poco antes de su aparición, fueron devastadores. 

En sus páginas está escrito su aliento a grandes proyectos: Majes, Cemento Yura, Parque Industrial, Variante de Uchumayo, explotación de Cerro Verde, ampliación de Matarani, expansión urbana, Aguada Blanca, Charcani. Hoy tiene otras banderas de lucha. La generación de hoy es nieta de sus fundadores. Pero 55 años después, el ideal es el mismo. 

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