Ha pasado 20 años desde aquel sismo de 6.9 grados del 23 de junio del 2001, cuando los arequipeños sintieron el sacudón que posteriormente generó un tsunami en la provincia de Camaná.
La directora del Instituto Geofísico del Perú (IGP) en Arequipa, Luisa Macedo señaló que en tiempos geológicos, los 20 años no significan mucho, “Es como si hubiera sido ayer”, dijo.
Bajo ese escenario exhortó a la población a aprender sobre gestión de riesgo, sobre las medidas de prevención para evitar desastres por la falta de preparación, considerando que en el sur del país se espera un terremoto de gran magnitud para romper las placas tectónicas entre Tacna y Arequipa.
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“Las placas tectónicas en Chile están rotas, pero falta en el territorio peruano y los pequeños sismos que ocurren no son significativos para esto, aunque las personas crean que es mejor la ocurrencia de temblores pequeños para evitar uno de mayor magnitud”, dijo.
Ante la espera de un terremoto, Macedo manifestó que existen tres condicionantes para construir una vivienda segura y olvidarse de los maestros de obra. El primero es ubicar un terreno estable, seguro, fuera de la zona de riesgo; segundo: buenos materiales y finalmente, buenos técnicos o profesionales que, bajo el estudio de suelos, recomienden los niveles máximos que debe construir y los materiales que debe usar.
Una edificación de 5 niveles podría desplomarse inmediatamente con un ligero sismo si el suelo es inestable o de relleno, pese a tener los mejores materiales.
La especialista también exhortó a los pobladores a definir el plan familiar luego de un sismo como identificar los puntos de encuentro, los medios de comunicación en caso de que se queden sin señal de telefonía móvil, entre otros aspectos.