En sillas de ruedas, con bastones o en compañía de familiares, adultos mayores de 70 años llegaron ayer a los centros de votación para, de forma voluntaria, cumplir su derecho a elegir al nuevo gobernante. Como se recuerda, el sufragio de este grupo poblacional no es obligatorio, pero la mayoría de ellos considera que, como ciudadanos que son, su participación es importante. Estiman que es un ejemplo de civismo y respeto a la patria para los más jóvenes.
Acudir a las urnas para adultos mayores como Manuel, representa salir temprano de casa para evitar las colas. En su caso, acudió a las 6:00 horas, una hora antes del proceso electoral. Se dirigió al colegio la Gran Unidad Escolar Mariano Melgar.
“Nosotros queremos participar (de las elecciones) porque no es que no podamos, sí podemos. En la primera vuelta la cola estaba más larga ahora soy tercero”, dijo el elector.
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Al igual que el septuagenario, en la misma sede habían varios ciudadanos aguardando ser atendidos por los miembros de mesa. A diferencia de la primera vuelta, en este punto de votación se observó, por lo menos en la mañana, una menor cantidad de adultos mayores y no se generaron ni colas, ni aglomeraciones. El desarrollo de los comicios fue tranquilo.
Un caso admirable es el de Antonia e Hilario, una pareja de octogenarios que pasó penurias para llegar desde el pueblo joven Miguel Grau en Paucarapta hasta el instituto Pedro P. Díaz en José Luis Bustamante y Rivero.
“Hemos venido en el carro (cúster de servicio público) y nos ha dejado lejos de aquí, por eso estamos caminando harto”, dijo Antonia, quien pese a la edad, está lucida y fuerte.
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La electora al igual que su esposo contaron que salir de casa fue una decisión muy importante, en este día tan especial, pero que lo hacen con gusto. La pareja, que ya fue inmunizada contra la COVID, comentó que acudieron también en la primera vuelta.
En el mismo centro de votación y en el colegio Neptalí Valderrama, se reportaron demoras hasta de más de 1 hora por falta de miembros de mesa. Esto significó que adultos mayores tuvieran que esperar hasta que voluntarios decidieran ocupar los cupos libres para evitar mayores problemas.