Caminar por un campo de cultivo en el Perú, y especialmente en la Irrigación Majes, en la provincia de Caylloma, puede representar mucho peligro para la salud si en el trayecto se encuentra envases de productos agroquímicos, arrojados sin ninguna medida de seguridad, ni atendiendo las exigencias establecidas en la Ley General del Ambiente Nº 28611.

El Reglamento del Sistema Nacional de Plaguicidas de Uso Agrícola (DS Nº 001-2015 Minagri), detalla de manera simple cómo deben proceder quienes hacen uso de esos elementos químicos, para disponer de los contenedores de plástico y metal, desde hace 4 años.

Incluso sanciona con sumas equivalentes de 10 y 100 UIT (Unidades impositivas tributarias 42,000 a 420,00 soles), a quienes incurran en malas prácticas, sumas realmente altas que deberían persuadir a los interesados, pero como es letra muerta y no se aplica, a muy pocos les interesa.

El Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), organismo técnico que tiene a su cargo el cumplimiento de la norma, reporta que a nivel nacional se generan cada año 2 mil toneladas (t) de envases de agroquímicos, de este total solo se gestionan 369 t, equivalentes al 18.4%, mientras el resto (1,641 toneladas) es quemado (34%), vendido a recicladores informales (32%), y arrojado al agua y al campo, el restante 34%.

CAMPO LIMPIO. La ingeniería agrónoma Alejandra Zúñiga Díaz, es responsable de la asociación civil sin fines de lucro Campo Limpio, cuya labor es la gestión integral y responsable de envases vacíos, cuyo financiamiento proviene de una treintena de marcas proveedoras de estos productos agrícolas.

Zúñiga labora en la zona sur del país y la experiencia le ha demostrado cuán difícil es motivar a los agricultores para sumarse a la cadena de responsabilidad por una disposición final adecuada.

“En realidad, lo que se les pide es muy simple. Primero, cuando terminan de usar el producto, deben someter el recipiente al triple lavado, para enseguida colocarlo en un contenedor particular en donde permanecerán hasta llevarlos al centro de acopio. En el caso de Majes, se ha gestionado con la municipalidad y está en la sede de Expo Majes del Centro Poblado El Pionero”, explica.

En la región Arequipa se generan cada año 158 t de estos recipientes, pero solo el 20% es tratado de manera adecuada. Del total recolectado en la región, 10 t están en la Irrigación Majes, y de este conjunto 72% es entregado por los exportadores, quienes son responsables porque deben certificar la calidad del campo para poder vender al extranjero.

Alejandra Zúñiga explica que cuando el centro de recepción llega al volumen permitido, la carga se traslada a la Planta de Procesamiento en Ica y allí se selecciona el plástico y metal para ser reciclado, mientras aquellos que no pueden ser sometidos a este proceso, son dispuestos en un relleno de alta seguridad, ubicado en Callao.

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