El Sistema del Registro del Certificado de Nacido Vivo (CNV), donde se inscriben los partos atendidos en los establecimientos de Salud, es una herramienta que permite una aproximación a los índices de embarazos en adolescentes, y de acuerdo a este registro durante el presente año se han registrado 7 recién nacidos de niñas entre los 11 a 14 años.
De acuerdo con las estadísticas de los últimos tres años, el número de embarazos en este grupo etario parece estar descendiendo, pues en 2019 fueron 41 los nacimientos registrados y el año pasado hubo 16.
Sin embargo, para la doctora Mercedes Neves, presidenta del Foro Regional de para los Derechos Sexuales y Reproductivos de Arequipa, ninguno de estos embarazos debió darse porque las menores no estaban preparadas ni física ni mentalmente para soportar el proceso de gestación y, posteriormente, convertirse en madres.
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Además, el hecho de quedar embarazadas a tan corta edad, sugiere que fueron víctimas de abuso por su entorno cercano, teniendo en cuenta que por la pandemia los menores se quedaron en casa.
“Una menor de 14 años que resulte embarazada es producto de una violación sexual, definitivamente. Lo ideal es que los niños y adolescentes tengan un proceso de desarrollo que se respete porque de lo contrario se les quita la posibilidad de un proyecto de vida”, dijo la especialista.
Mercedes Neves sostiene que en la formación de los menores hay una clara ausencia de Educación en Sexualidad Integral (ESI) que deberían brindarla los docentes con apoyo de personal de salud.
La pandemia por la COVID-19 provocó también restricciones en los adolescentes. Los establecimientos de salud se cerraron y con ello los servicios de atención diferenciados para dar consejería sobre salud sexual, se cortaron para que puedan acceder a un método anticonceptivo, únicamente en el caso de los mayores de 15 años.
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El número de consejerías diarias hechas el año pasado para menores entre los 12 a 17 años se redujo en un 89% respecto de las realizadas en 2019.
“La intención no es alentar a los menores a la sexualidad, hay esa premisa falsa y debemos cambiarla. Lo que se debe enfocar con la ESI es dotarlos de conocimientos para que conozcan sus derechos y cómo cuidar su salud para tomar mejores decisiones que no afecte su vida”, precisó la especialista.