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“Nos reinventamos para ofrecerte servicios de absoluta calidad, cuidando tu vida y salud”, dice la presentación de la clínica Quinta Tristán en su página web; Sin embargo, su descripción dista de la realidad dado que funcionaba en la informalidad y en dichas condiciones se produjo la muerte de Shirley Villanueva Delgado (44), a quien le laceraron órganos internos durante la abdominoplastia que le practicaron la mañana del último martes.
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Tras el deceso de la mujer, certificado por los médicos de trauma shock del hospital Honorio Delgado Espinoza, a donde fue traslada la madre de familia por complicaciones de la cirugía, la Gerencia Regional de Salud (Geresa) emitió ayer un comunicado en el que se señala que la clínica ubicada en la urbanización Quinta Tristán, del distrito de José Luis Bustamante y Rivero, no cuenta con el Registro Nacional de Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (RENIPRESS).
La inscripción es el único medio por el cual se garantiza que los establecimientos de salud, públicos y privados, cumplen con las normativas técnicas sanitarias vigentes para ofrecer servicios médicos. “Todo establecimiento que no está registrado y categorizado en Renipress es ilegal al no cumplir con las normas establecidas. Está al margen de la ley”, sostuvo la licenciada Karina Oppe Álvarez, coordinadora Regional de Servicios de Salud de la Geresa.
INFORMALIDAD
La especialista detalló que en 2016 quienes administraban la clínica, presentaron un expediente para su inscripción en Renipress con la razón social “policlínico Quinta Tristán” y con la denominación “clínica Ochoa” para obtener la categoría II- E y realizar cirugías de corta estancia como las estéticas.
Recordó que al momento de visitar sus instalaciones para verificar si cumplían con lo establecido en la ley para brindar los servicios que ofrecían, se les observó que no contaban con un convenio con un centro hospitalario para la atención de pacientes en UCI, traslado de pacientes, diagnóstico por imágenes, área de patología clínica, anatomía patológica y banco de sangre de tipo 1.
Un año después, los administrados presentaron ante la Geresa el levantamiento de las observaciones hechas, pero según Karina Oppe, estas solo se quedaron en papel, ya que en la práctica no fueron corregidas. Desde entonces no volvieron a presentar ningún requerimiento más para la formalización de sus actividades, a pesar de que cambiaron de nombre a Clínica Quinta Tristán.
Bajo esas condiciones de informalidad, no estaba garantizada la cirugía de la paciente que se sometió a una abdominoplastia y por la cual pago 14 mil soles. “Ella pagó por una operación y no para que la maten. Que se haga justicia. Salió de la clínica con los bomberos y llegó al hospital (Honorio Delgado Espinoza) sin signos vitales. Ella no tenía ninguna enfermedad”, refirió Jhonny Zevallos, padre de Naomi, la menor de 17 años que fue la única persona que presenció los últimos momento de vida de su madre.
Lesiones por la cirugía. Ayer se practicó la necropsia al cadáver de la madre de familia. El estudio determinó que falleció por una atelectasia pulmonar que es el colapso parcial o total de un pulmón y por una laceración de vísceras macizas, es decir, le lastimaron órganos internos durante la cirugía.