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Los comerciantes de la plataforma Andrés Avelino Cáceres, en Arequipa, denunciaron que enfrentan una creciente ola de extorsiones y cobros de cupos. Según sus testimonios, al menos seis casos recientes han afectado a diversos comerciantes, aunque estiman que podría haber más víctimas. Esta situación está ligada a la falta de presencia policial efectiva, lo que permite que bandas organizadas y prestamistas informales, conocidos como “gota a gota”, operen.
La falta de acceso rápido a financiamiento formal ha empujado a muchos comerciantes a recurrir a los “gota a gota” para cumplir con sus obligaciones bancarias, ya que aproximadamente el 90% de los trabajadores del mercado dependen de estos préstamos para mantenerse al día. Sin embargo, la facilidad inicial de estos créditos se convierte en un problema grave, ya que, al retrasarse en los pagos, los prestatarios son amenazados. “La situación es crítica, y muchos no denuncian por temor a represalias”, señaló un comerciante que prefirió mantenerse en el anonimato.
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A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales, los comerciantes aseguran que las medidas de seguridad son insuficientes. Aunque ha habido reuniones con representantes de la Policía, como el comandante de la comisaría de José Luis Bustamante y Rivero, los afectados reclaman la presencia de altos mandos con capacidad de decisión para frenar esta situación. “No hay un trabajo eficiente de la Policía, lo que genera más temor entre los afectados”, afirmó Rubén Rojas, coordinador del frente de defensa de la plataforma.
El modus operandi de estas organizaciones incluye investigar detalladamente a los comerciantes antes de ofrecer préstamos, solicitando información personal como el DNI y verificando la propiedad de viviendas.
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Una vez otorgado el crédito, los prestamistas comienzan a extorsionar, exigiendo pagos cada vez mayores y, en caso de incumplimiento, emitiendo amenazas directas.
Muchos de los extorsionadores, según los comerciantes, serían de nacionalidad venezolana y afirman que los siguen para saber donde viven y hacer llamadas intimidadoras.