Arequipa: Nostalgia a las faldas del Misti (VIDEO)

Las fiestas arequipeñas no serán las mismas sin el Corso de la Amistad. Este mega evento era el más esperado por miles de personas pues no solo era motivo para unirse en familia, sino una gran oportunidad de apreciar lo nuestro, cultura, costumbres y gran talento.

Recordar y sentirse orgulloso de la cuna de grandes artistas, de amar más la tierra del Misti.

El Corso también nos recordaba que los arequipeños somos muy queridos en otras regiones y países con la participación de grupos invitados.

Este año, aunque duela aceptarlo, no podremos divertirnos a lo grande, pero si recordar un poco de esta actividad y conocer sobre los artistas que hacían esta fiesta posible.

ORGULLO. Es imposible celebrar a esta bella tierra que nos vio nacer, sin hinchar el pecho al escuchar música arequipeña. Más aún con Los Montoneros. Sus pegajosas canciones llenas de identidad pusieron a mover a generaciones y sigue presente pese a la crisis que se vive.

El director del grupo, Delford Enrique Cárdenas Berríos, recuerda con nostalgia cada evento en el que participó desde los 15 años y de los cuales habla como si el tiempo no transcurriera.

“Yo participé desde 1969 y hay sus anécdotas porque Arequipa era diferente. Luego con los muchachos de Cayma también en otros corsos, cansado, tocando el acordeón en el 74, ya haciendo música cantidad de veces, en el carnaval de Cayma en el 83”, cuenta Cárdenas.

Comentó que los corsos de antes eran diferentes. Los escolares tenían más presencia en el evento al igual que otras organizaciones con la vestimenta tradicional.

Los Montoneros también han participado de la fiesta que se brindaba en vísperas de aniversario y demás celebraciones como carnavales de Cayma. Al preguntarle que se ha perdido en el tiempo, nos dice que muchas veces se valora lo extranjero, antes que lo nuestro.

“Lo que pasa ahora es que buscan quitarle ese espíritu arequipeño al arequipeño. A veces viene gente de afuera y no le gusta nuestra manera de ser, con un orgullo de su tierra y le va quitando esas costumbres. La identidad propia que tiene. Se necesita promocionar más. Hay agrupaciones como Los Dávalos, Los Lonquitos de don Mario Meza, nosotros también le queremos dar, ponemos ese punche”, dice el artista.

Cárdenas es optimista y conserva el buen humor, es consciente de la crisis, pero también sabe que pronto volveremos a bailar con sus canciones.

Los caporales. Además de los grupos tradicionales netamente arequipeños, los conjuntos que también eran esperados con ansias, eran los caporales. Era inevitable, uno o dos meses antes, ver a jóvenes ensayando estos ritmos en toda la ciudad. El más notorio, era la plaza España en el Cercado. Cada noche, la música contagiosa nos invita a bailar e imitar cada uno de los pasos de baile.

La nostalgia la sienten más los autores de estas actividades como Stephanie Quispe, de la Asociación Cultural Folclórica Caporales Huáscar. La joven química - farmacéutica de profesión participó en varias ediciones del corso que recuerda con cariño.

“Es emocionante bailar para la ciudad, pero también bien cansado. Personalmente vale la pena el sacrificio porque sientes la gratitud de las personas, que te aplauden, te toman fotos”, señaló.

El corso del año pasado no es el primero en la vida de la profesional, su debut recorriendo las calles junto a sus amigos, fue en el 2016 cuando estaba en el colegio.

Alega que este año extrañará bailar pero los recuerdos la ayudan a mantener viva la ilusión de volver a disfrutar de lo que más le gusta.