Es innegable el incremento de los hechos de violencia contra la mujer en la región Arequipa. Lamentablemente, el tipo de violencia que ha prevalecido es la violencia de género, dado que son cientos de mujeres que denunciaron haber sido maltratadas física, psicológica y hasta sexualmente por quienes decían amarlas.

Esto se evidencia con los números de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) de 2022, dado que revelan que el 59% de las mujeres, alguna vez unidas de 15 a 49 años, ha sufrido algún tipo de violencia por su pareja. Es decir, seis de cada diez mujeres llegaron a sufrir algún tipo de maltrato, situación que debe poner en alerta a las autoridades de los tres niveles de gobierno.

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El tipo de violencia más común es la psicológica, ocupando el 55% de los casos reportados. Le siguen la violencia física con un 32.1% y sexual con un 8.2%. El incremento de la problemática es tal, que según el último reporte del Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar - Aurora, de enero a agosto del año 2023, se atendieron 11 mil 390 casos, siendo el 80.8% de sexo femenino. Es decir, son 9 mil 203 las mujeres que denunciaron ser maltratadas

De todos estos casos, se debe tomar especial atención en los hechos que terminan con características de feminicidio, siendo que, según el Programa Aurora, hay 18 casos con características de este delito ocurridos en las provincias de Arequipa, Caravelí, Caylloma y Condesuyos. Además, los casos de tentativa de feminicidio atendidos por los Centros de Emergencia Mujer suman 6 en las provincias de Arequipa, Camaná y Caylloma.

Uno de estos casos sucedió en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), donde una joven de iniciales A.V.R. (19), habría sido asesinada por su expareja identificado como Rodrigo Laríco Olarte. De acuerdo a la fiscalía, el horrendo hecho se habría suscitado en el área de Ingenierías, donde el acusado apuñaló 45 veces a la estudiante.

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Sin embargo, este no es el único hecho lamentable porque un segundo caso lamentable ocurrió en el distrito de Paucarpata, donde una enfermera de iniciales A.L.G. habría sido asesinada por su expareja. Se trata de Yomar Zeballos Huaypuna, quien según la tesis de la fiscalía acosaba constantemente a la víctima tras la ruptura de la relación.

Además, el lunes 2 de octubre, una mujer de nacionalidad venezolana fue asesinada por estrangulamiento. Su cadáver fue encontrado en un canal de regadío, en el sector de Congata (Uchumayo). Se sabe que la víctima se dedicaba al meretricio.

¿Por qué tanta violencia? Sin duda, todos estos casos han ocasionado que la población se pregunte por qué ha incrementado tanta violencia. El decano del Colegio de Psicólogos de Arequipa, Julio Abarca, explicó que esto obedece a un problema de la macroestructura social, donde hay una estructura patriarcal, una cultura de machismo y un sexismo enraizado que incluso agravó en los últimos 10 años.

“Por ejemplo, en la toma de decisiones del hogar, trabajo y grupos sociales, únicamente aparece la figura del varón. Esto se ha generalizado, cuando debería haber un liderazgo compartido entre papá y mamá, pero lamentablemente hay una jerarquía y hay relaciones de poder, que destruye la sana convivencia en una pareja”, explicó.

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Agregó que, en los casos de feminicidios, se ha detectado que los agresores provienen precisamente de este entorno desproporcional de poder e incluso generan, trastornos de personalidad antisocial, trastornos de personalidad paranoide y trastorno de personalidad narcisista. “Muchos de ellos piensan que son lo máximo, que se merecen lo mejor y que una mujer es de su propiedad; creen que, si algo van a hacer a sus espaldas, los quieren lastimar, están ideando cosas y persiguiendo a sus víctimas, creen que todo es una confabulación contra ellos mismos, esto les afecta hasta en su existencia, por eso llegan a ese extremo abominable (feminicidio)”, dijo.

El experto detalló que otro aspecto que debe mejorarse es el acceso a la atención de la salud mental. Esto queda en manos de las autoridades de los tres niveles de gobierno, dado que deben incrementar una mayor inversión en la contratación de psicólogos del Minsa (actualmente 300 en Arequipa); así como la implementación de centros de rehabilitación psicosocial, toda vez que los centros de salud comunitarios son limitados.

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