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Solo la primera playa de Mollendo recibe alrededor de 20 mil visitantes los fines de semana. Llegan alborotados con los primeros rayos de sol e invaden la costa. La arena desaparece bajo las sombrillas y se escapa el rugido de las olas ante al aborozo de los bañistas. Los niños construyen castillos. Se broncean los jóvenes. Unos se bañan en el mar y muchos otros se emborrachan. Solo quieren pasarla bacán, no importa cómo.

Entre esa multitud hay un grupo pequeño de personas que no se divierte. De ninguna manera. Más que salvavidas parecen niñeras. “Somos 48 policías de Salvataje los que estamos a cargo de las ocho playas de Mollendo, incluido Catarindo, pero aquí (en la primera playa) solo trabajamos siete. Nuestra misión es velar por la seguridad de la gente y rescatar sus vidas del mar. Pero hacemos más que eso”, explica el teniente encargado, PNP Fortes Claros Fran.

Y es que en su quehacer diario los salvavidas corren de un lado a otro tratando de imponer el orden, incluso en situaciones que no les compete resolver. “A veces encontramos hasta 30 niños perdidos por día. Empiezan a llorar y nos piden ayuda. Lógicamente no podemos dejarlos solos y los acompañamos a buscar a sus padres en medio de la multitud. También nos piden resolver conflictos entre comerciantes, robos y peleas entre personas. Otros se niegan a respetar los banderines de alerta e insisten en meterse al mar incluso en zonas de riesgo. Y si les llamamos la atención se molestan”, explica Claros.

RESCATES. De acuerdo al reporte policial de la Unidad de Salvataje de la Policía Nacional del Perú, entre el 21 de diciembre de 2014 y el 8 de febrero de este año, se ha rescatado a 188 bañistas en todo el litoral arequipeño. Además se registró cuatro muertes por ahogamiento.

Consultado al respecto, el superior PNP Yetes Álvarez Jaime, responsable de la primera playa de Mollendo, refiere que en la mayoría de los casos se detectó que los rescatados habían ingerido bastante licor antes de le meterse al mar. “Los accidentes ocurren por irresponsabilidad de los propios bañistas. Parece que no les importara perder la vida. Lo peor es que cuando tratas de cuidarlos se ponen malcriados”, indica.

Como si fuera poco, Álvarez confiesa que su unidad no cuenta con los equipos necesarios para luchar contra el mar eficientemente. “Apenas tenemos boyas y redes. Todos con una antigüedad de 15 años. A diferencia de Camaná, aquí (En Mollendo) no contamos con motos acuáticas. El Alcalde se comprometió a comprar estas unidades en enero, pero hasta la fecha no ha cumplido”, dice resignado. “Nosotros también salvamos nuestras vidas por salvar la de otros”, agrega.

PIDEN APOYO. Los salvavidas, como les dicen todos, solo quieren más apoyo de los gobiernos locales. “Pedimos que nos apoyen con la implementación de equipos de salvataje. Que la municipalidad mande unidades de serenazgo que apoyen en seguridad y control de ambulantes. Que limiten la venta de alcohol en los bares que abundan a los alrededores de las playas. Que la gente sea más responsable con sus hijos y con ellos mismos”, pidió el teniente Claros Fran.

También se mostró preocupado porque este fin de semana se espera recibir el doble de visitantes en Mollendo debido al Día de San Valentín. No obstante, antes de despedirse y extraviarse nuevamente entre el gentío y la bulla, reiteró su comprimiso de velar por el bienestar de los bañistas.

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