Carlos Rivera es editor por trabajo, pero escritor de corazón, y en su último libro “Rudo y Cursi” deja fluir esa vena literaria, sin dejar su tarea de buscar las oportunidades para antalogar las mejores voces de la actualidad en nuestra región.
En tu último libro Rudo y Cursi haces una aclaración al inicio diciendo que has liberado heridas. Sí. Porque son textos que fueron concebidos en diversas etapas de mi vida (adolescencia, juventud y adultez) las cuales fueron de alguna manera superadas gracias a la literatura como terapia o medicina. Desde luego son ficciones, pero parten siempre de un elemento real o testimonial que les dan a los escritos una fuerza emotiva sufriente, lacerante y tremebunda como deben ser las pasiones que nos marcan para toda la vida.
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¿Qué épocas abarcan los relatos? Entre los años 90 y 2019. Desde las primeras ilusiones hasta algunas que casi acaban en matrimonio (menos mal recapacité a tiempo) y otras que podrían considerarse elaboraciones que colindan con lo fantástico, la muerte o la existencia, pero no por ello menos cursis. Mis visiones intelectuales o culturales (muy definidas en estos tiempos) no han eliminado la chispa sentimental.
¿Cuál es el sentido de las cuatro divisiones? Desglosarlas a partir de algún tipo de experiencia sentimental particular. Amores específicos con nombre y apellido o algunas ficciones especiales como la dedicada a Romeo y Julieta o Florentino Ariza pensando en juegos y malabares ficcionales que intenten “corregir” algunas historias como a mí me hubieran gustado acaben. Mucho más que historias es un ensayo apologético intimista de mi relación con el amor, la cursilería y la literatura y como tal decidí que mejor era entregarlas en partes.
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No solo escribes del amor, sino lo antologías y promueves concursos sobre el. El amor en mi – y como en todo ser humano- considero es gravitante, mueve nuestros mundos, nuestras ilusiones y hasta nuestros desafíos intelectuales. Sin amor no somos nada. ¿Qué cursi que soy verdad?
¿Es difícil la tarea del antologador? Me divierte. Lo asumo como un acto deportivo-militar porque lo realizo como un dictador que sabe quiénes (desde sus fortalezas culturales, literarias o intelectuales) podrían integrar cada aventura libresca y también, desde luego, coincidan con mis pasiones temáticas: cine, literatura, fútbol u otros capitales asuntos. No creo en las convocatorias abiertas o democráticas porque pervierten, muchas veces la estética y libertad de dichas obras. Ya el público las evaluará con su interés o indiferencia. Más que autores busco cómplices o “distraídos” como decía el lema de la legendaria revista Etiqueta Negra.
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En Arequipa qué tan difícil es editar un libro. En estos tiempos es más cómodo con la consolidación de editoriales independientes que ofertan mejores posibilidades en cuanto a propuestas económicas que estén al alcance de las prestigiosas editoriales de Lima o del extranjero. Abren un espacio donde autores y editores trabajan de la mano para lograr un producto de calidad.
¿Cuáles son los nuevos trabajos que traerá tu editorial? Un libro de cuentos de Víctor Manuel Lozada. Sí, quédense, otro de relatos del poeta puneño Alexander Hilasaca, Sobre el arte de enloquecer y Crónicas Parkerianas del Dr. Tito Cáceres Cuadros.