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La casa hogar El Principito se creó en 1997 por el padre Xavier Arbex de Morsier. Él llegó a Perú en 1975 desde Suiza. Su primera parada fue Macusani, en Puno, y de ahí se trasladó a San Gabán, donde descubrió la explotación y el abuso que inundaba Madre de Dios. 

Muchos de los infantes eran niños que habían sufrido violencia física, psicológica, sexual, otros niños provenían de los campamentos mineros. Entonces pidió su cambio de jurisdicción y se fue a la selva en 1985. Allí vio niños en situación de riesgo, algunos acosados por sus padres, otros se dedicaban a la minería y dejaban a sus hijos por cuenta, algunos progenitores estaban encarcelados. Había niñas y adolescentes embarazadas. 

Actualmente, el rango de edad de los acogidos en el albergue van de los 4 a los 25 años.

El padre nos cuenta que son como una familia. Los niños tienen un hogar con los cuidados que requieren, encuentran la paz para desarrollarse, pero sobre todo la oportunidad de superarse.

En El Principito no hay límite de edad para quedarse. Los jóvenes pueden estar hasta cuando se sientan preparados para sostenerse por sí solos. Se les brinda hasta los estudios superiores.

“Cuando los hijos de El Principito cumplen 18 años les preguntan qué quieren estudiar”, dice el religioso.

Refiere que vive con 35 niños y 8 universitarios, entre hombres y mujeres.

El albergue se sostiene con 3 negocios, la estancia Bello Horizonte (hostal turístico), Gustitos del Cura (cafetería), y una librería, que son la fuente económica del hogar para que siga albergando niños y dándoles educación.

VISITA. 

El papa visitará el albergue a las 12:15, por un lapso de 30 o 40 minutos, y el padre Xavier espera que pueda hablar con los niños y, sobre todo, con los jóvenes.

Asimismo, el padre Xavier tiene preparado un discurso de bienvenida para Francisco, luego una residente del albergue tomará la palabra y contará cómo llegó al lugar, cómo la cuidan y le brindan sus estudios. La jovencita ya concluyó la carrera de Psicología.

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Los niños tienen preparada una escenografía para el Santo Padre, además, le dedicarán 2 canciones, una de José Luis Perales, “Que canten los niños”, y la segunda es “Danza a mi país”. A su turno, el papa les brindará unas palabras y la respectiva bendición.

“El papa es una persona amable y cariñosa, quien hace sentir la corriente de la solidaridad y de la paz con esta gente que sufre por tanta violencia. Su llegada nos hará más sensibles al evangelio de Cristo”, dijo el padre Xavier.