Un impresionante retablo ayacuchano, de 3 metros de ancho por 2 metros y medio de largo, recibe a los visitantes del museo Puriq Runa, una puerta hecha a la medida que cuenta las tradiciones de esta región peruana. Entre las actividades que se pueden visualizar está la cosecha de tuna, celebración en Navidad y Semana Santa, el Carnaval de Huamanga, fiestas costumbristas del campo, entre otros.
A unos 10 minutos de la Plaza de Armas de Arequipa, Correo llegó hasta la urbanización Campiña Paisajista J-38, San Lázaro, Cercado, donde se ubica este museo que tiene más de mil piezas en exhibición, los cuales fueron coleccionados durante más de 40 años.
LEA TAMBIÉN: Arequipa: Pobladores de La Joya exigen cumplimiento de obras de salud, educación, titulación e infraestructura
EL HOMBRE CAMINANTE
Alberto Fernández, propietario de este lugar, comentó que se busca generar impresión y romper esquemas al ingresar a espacios culturales, considerando todo el trabajo que costó y de ahí el nombre Puriq Runa, lengua quechua que significa el hombre caminante
El museo abrió sus puertas en el 2018, con la autorización de la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura, siempre disponible para turistas locales y extranjeros.
“Esto se realizó gracias al apoyo de la arquitecta Blanca Chávez del Instituto Nacional de Cultura y el apoyo de su personal para calificar y registrar todas las piezas arqueológicas”, indicó.
LEA TAMBIÉN: Arequipa: Pobladores de La Joya exigen cumplimiento de obras de salud, educación, titulación e infraestructura
El recorrido demora casi una hora, dependiendo del visitante en cuanto más desea conocer en cada sala que son el patio principal, el área del bosque de las iglesias ayacuchanas que comprende réplicas exactas, en pequeño, de las famosas iglesias que se recorren en Semana Santa; y tres ambientes de arte textil, cerámicas, herramientas de las culturas como Nazca, Paracas, Chavín, Chiribaya, Chimú, Churajón (Arequipa), Chancay, entre otros.
Perteneciente a la cultura Chiribaya, se puede observar a una momia bautizada con el nombre de “Juanito” por Alberto Fernández. “Me lo trajo un amigo hace 20 años, tiene su sonajero de caracoles, de madera, debe tener 2 a 3 años y está conservado, al parecer fue el hijo de un jefe y fue enterrado con cuero de llama”, explicó.
Agregó que se tiene un proyecto de ampliar más ambientes y ser una institución que refleje la realidad histórica y arqueológica.