El Día del Padre, es una oportunidad para que cientos de familias acudan a los cementerios y uno de los más visitados fue La Apacheta.

La familia Ynquilla Chinchero perdió a su padre, Faustino (80), en octubre del año pasado. Sus 8 hijos lo recuerdan sano y fuerte. Les parece increíble que haya muerto tan pronto. “Murió en 2 días”, dice una de sus hijas.

Ellos hacen notar la mala atención que recibió su padre en EsSalud, primero en el hospital Escomel y luego en el hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo.

“Cuando fuimos al hospital no nos quisieron atender, porque pensaron que eran achaques de una persona mayor”, cuentan.

Los parientes de Faustino aseguran que cuando volvieron, un par de días después, su padre estaba con la salud más complicada y fue derivado al nosocomio Carlos Seguín Escobedo, pero no pudieron hacer nada y falleció.

“Si lo hubieran tratado antes, ¿quién sabe que hubiera pasado? Lo que aprendimos de esto es que en el Seguro creen que los viejitos deben morirse y no es así”, sentencia otro de los hijos de Faustino Ynquilla.

Más allá de la pena e impotencia, prefieren recordarlo como era, una persona jovial y alegre.

“Tenía una gran fuerza porque comía bien, sano, ademas que nació en la ciudad Chinchero, en Cuzco”, finaliza su hijo mayor.

GENERACIONES

El cuerpo de Paulino Zambrano Barriga reposa en un nicho de La Apacheta. Ayer, sus descendientes visitaron su tumba y rezaron por su alma.

“Él fue el tronco de la familia”, cuenta su nieto Carlos Zambrano (54).

A Carlos lo acompañaban su hijo Alexander Zambrano (26) y el hijo de este, Jacob Zambrano (5). Son 5 generaciones en el cementerio, ya que el papa de Carlos, Antonio Zambrano (73), falleció hace 2 años.

Esta muerte reciente produce fervorosos rezos y gestos de tristeza en sus parientes.

“Nosotros somos muy unidos. Nos juntamos para las fiestas importantes y fechas como hoy, también nos reunimos y jugamos a la redondilla entre hermanos”, comenta Carlos.

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