El drama de las madres por un proceso por alimentos
El drama de las madres por un proceso por alimentos

Cuando un niño llega a los brazos de una madre, ella no puede imaginarse lo que pasará en el futuro. Solo disfruta del regalo que Dios le envió.Si es recibido en pareja, la dicha se comparte y asumen el compromiso de cuidarlo, protegerlo, alimentarlo, educarlo y estar a su lado.

Pero, ¿qué pasa cuando a los pocos años o meses todo cambia? En la mayoría de casos, cuando la relación termina es la madre la que se queda con la custodia de los hijos, casi siempre siendo menores de edad. El padre, si hay suerte, asume su responsabilidad y cumple con la manutención, en otros casos firman actas de conciliación, pero un grueso de ellos simplemente abandonan a sus hijos.

Según las estadísticas en el Poder Judicial, cada año se incrementan las demandas por omisión a la pensión alimenticia. En 2016 hubo 2,094 casos; en 2017, se registraron 2,440; en el 2018 subieron a 2,989, y en lo que va del año ya están en 1,121, lo que hace presumir que llegarán a diciembre con un número alto.

DEMORA. Las madres que quieren iniciar una demanda para reclamar la pensión de alimentos para sus hijos pueden optar por varias alternativas: acudir a la Demuna, a los centros de conciliación y a los juzgados de paz.Si firman un acta de conciliación, tienen un rango de sentencia judicial y ante el incumplimiento de una de las partes se puede pedir su ejecución en el Poder Judicial.

Pero las mujeres también tiene una opción más: acudir a las dependencias del Ministerio de Justicia que hay en Arequipa, allí un abogado las apoyará con la demanda sin hacer ningún pago. Este beneficio es solo para las que tienen ingresos económicos que sean de un promedio de 1,000 soles mensuales.Una vez ingresado el expediente y aceptado el proceso, este puede demorar desde 6 meses hasta 2 años, dependiendo de cada caso.Esto solo es parte del tedioso trámite que deben hacer las mujeres para que sus hijos puedan gozar de uno de los principales derechos de las personas: la alimentación.

Otro inconveniente es lidiar con la terminología que usan los abogados, jueces y especialistas, que están a cargo de dichos procesos. Sala de lectura, apelación, correr traslado, contradicción, judicatura, medios de prueba, entre otros, son términos complicados que obligan a las demandantes a tomar los servicios de abogados y hacer gastos extras.

LA REALIDAD. Solo para tener idea de esta triste realidad daremos a conocer algunos casos donde nos reservaremos la identidad de las madres.

Mirella tiene 30 años, aún recuerda que muy joven, a los 19 años, enamorada y feliz, quedó embarazada de su primer hijo. Junto a su pareja cuidaron los detalles previos a la llegada del bebé.

Repentinamente, a los 5 años de estar viviendo con su pareja, la dejó embarazada de su segundo hijo y con ello se desentendió de sus obligaciones económicas.“Hice la demanda en el 2015 en el Juzgado de Paz de Alto Selva Alegre, pero como yo no sabía mucho de las leyes, el padre de mis hijos, junto a su abogado, retrasó el proceso y recién ahora, luego de tres años, he logrado la primera liquidación”, explicó.

El tiempo que duró el proceso tuvo que ver sola la alimentación, estudios, vestimenta y demás necesidades de sus niños. Ella tuvo que trabajar sin descanso y gracias al apoyo de su madre pudo salir adelante. Ahora los niños tienen 5 y 10 años, y está segura de que hará de ellos buenos profesionales y personas de bien.

Sin embargo nos deja una reflexión: “La mujer no piensa cuando está con una pareja, a veces ellos cambian. Las mujeres somos más sensibles, mientras que los hombres son insensibles y lo peor es que se vuelven irresponsables al no cumplir económicamente con sus hijos, perjudicándolos solo a ellos”.

Lucy pensó que tendría suerte, ya que tomó la precaución de firmar un acta de conciliación en un juzgado de paz. El documento fue elaborado en el año 2013 cuando su hijo tenía un año, han pasado 6 años y el padre del menor solo cumplió con darle lo pactado por tres meses, luego se desentendió.

A la fecha le adeuda cerca de 10 mil soles, por ello hizo la demanda. “Yo trabajo para ver por mi hijo y mi nueva pareja también se preocupa por él, pero creo que los padres deben cumplir con sus obligaciones, si una relación termina los hijos no deben perjudicarse”, argumentó.

PROBLEMAS. María pasó por una situación similar. Tiene una hija que estudia en la universidad e interpuso la demanda de alimentos en el 2016. El trámite se extendió por dos años y recién en marzo se puso a la orden para emitir una sentencia, pero hasta ahora no se da.

Ella no recibió ningún aporte del padre de su hija, teniendo que asumir todos los gastos de la crianza, pero se siente tranquila porque con mucho esfuerzo pudo conseguir un trabajo que le permite afrontar toda la responsabilidad.

El abogado Danilo Asinardo Guevara desde el año 2012 se ha encargado de apoyar a las madres que tienen demandas por alimentos. 

Él piensa que deben agilizarse los procesos, porque los afectados son los niños, ya que el dinero que deben otorgar los padres es para sus necesidades básicas. “Hay una serie de aspectos que se pueden mejorar partiendo desde los formularios que podrían tener palabras más sencillas para que las demandantes los comprendan. Las respuestas a los escritos, la apertura de cuentas en el Banco de la Nación, son algunos de ellos. Creo que el Estado debe pensar más en los derechos de los niños”, puntualizó.