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Janet Bravo siente que lucha sola en la peor que a su familia le ocurrió. Sus hijos Kattia (24) y Eduardo (9), al igual que dos menores nietos, padecen quemaduras en el rostro y manos.

¿La razón? El pasado lunes 13, un balón de gas deflagró en su precaria vivienda, en la urbanización Santa Rosa, Mariano Melgar en Tras el penoso incidente, la abuela, quien trabaja como limpiadora pública y es el único sustento del hogar, espera que la empresa Chaski Gas, a quien responsabiliza del accidente, se responsabilice por lo ocurrido.

“"Ellos me dijeron que se harían cargo. Espero que cumplan..."”, afirma Janet.

Un apoyo moral para el drama de la madre es Mary Barreda, una de sus vecinas y amigas.

“"Ayer (hoy) en la mañana me enteré que mis sobrinos (así les dice de cariño) se quemaron y estaban internados... me preocupé mucho por ellos y vine a verlos"”, dijo su leal compañera.

ruinas. En desoladoras condiciones quedaron los restos del pequeño hogar de la familia Medrano Bravo. Las calaminas que cubrían el techo de la cocina-habitación están dispersas. Los pocos utensilios y enseres aún tienen el rastro de la emanación. Pilas de ropa sobre 2 colchones son la escena más feliz de un cuarto destrozado, como si una ráfaga se hubiera dañado todo.

"“Necesito cualquier apoyo, ahora no puedo vivir en esa habitación... necesito reconstruir mi hogar"”, dice doña Janet. Ella guarda la esperanza que su familia se recupere pronto.

“"Me duele ver a mis hijos con la carita quemada, me duele que mis nietos tengan partes calcinadas... estoy desesperada, estoy viviendo una desgracia"”, repetía.

Y es que, como madre y abuela, y sin la compañía de su esposo, pues radica en Puerto Maldonado, Janet solo reclama la tranquilidad que una mala instalación le robó.

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