Hoy, 14 de febrero, se celebra el Miércoles de Ceniza y la población acudió a la Catedral de Arequipa para la misa, bendición e imposición de ceniza. De acuerdo con la tradición católica, cubrirse con ceniza representa el arrepentimiento y la penitencia, por eso este día se ve a los católicos con una cruz de ceniza en la frente, símbolo que es impuesto por los sacerdotes en las iglesias durante todo el día.
¿CUÁL ES SU SIGNIFICADO?
El Miércoles de Ceniza es una importante celebración litúrgica que se celebra cada año entre febrero y marzo, y marca el inicio de la Cuaresma, que es la cuenta regresiva para la Semana Santa o Semana Mayor, que este año inicia el domingo 24 de marzo y culmina el sábado 30 del mismo mes. Ante esto el Monseñor Mons. Javier Del Río Alba indicó que la Cuaresma es un tiempo de gracia que Dios nos regala antes de la celebración de la Pascua, de esta manera, puede impactar en lo más profundo de nuestra fe.
”Como nos dice el Papa Francisco, en este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios, que la Iglesia nos transmite de generación en generación. Esta Verdad no es una construcción del intelecto, destinada a pocas mentes elegidas, superiores o ilustres, sino que es un mensaje que recibimos y podemos comprender gracias a la inteligencia del corazón, abierto a la grandeza de Dios que nos ama antes de que nosotros mismos seamos conscientes de ello.”, explicó.
LEE ESTO| El arroz vicuña, dulce arequipeño de la fe
Asimismo, señaló que, para vivir bien la Cuaresma, se tiene que tener en cuenta tres instrumentos importantes que son el ayuno, que no es solo el dejar de alimentarse, sino de liberar nuestra existencia de todo lo que nos estorba; luego el silencio en la oración, para poder escuchar a Dios y por último la limosna, como acto de justicia, pues es dar algo que yo necesito, desprenderme de ello.
El origen del Miércoles de Ceniza se remonta a los siglos VI y VII, cuando se fijó el inicio de la Cuaresma al miércoles anterior a ese periodo religioso. Hasta el siglo IV ese tiempo litúrgico iniciaba el Domingo de Cuaresma. En cambio, se decidió cambiarlo al miércoles para adaptar el ayuno, dado que no se podía realizar esta práctica en domingo por ser considerado como “Día del Señor”.