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Bonsai, en japonés significa cultivar en bandeja. Es un arte milenario cuya escénica es transformar un árbol en un estilo auténtico, individual y a que a la vez, muestra una parte de la naturaleza.

Por lo general se asocia a pequeños árboles trasplantados en una maceta, pero es más que eso. Prueba de ello es la añeja buganvilla de 1.20 metros de altura y más de 400 kilos, que forma parte de la colección de Juan Pablo Coyoque, uno de los dos expositores en la exhibición de bonsai que se efectúa en la tienda galería Arqtelier en Arequipa.

Buganvilla. El árbol, de por lo menos 400 años ( 0 500), estuvo en una vieja casona colonial durante mucho tiempo hasta que los dueños decidieron venderla para levantar un nuevo edificio. Allí, la buganvilla fue comprada por Juan Pablo, a quien le llevó 25 años de trabajo, paciencia y mucha técnica, transformarla en la miniatura de ahora. Su trabajo es admirable.

“La raíz no había desarrollado mucho y eso facilitó el trabajo. Este árbol no tiene nada que envidiar a los usados por los japoneses para sus bonsai, elegidos siempre por su flor. Su belleza es comparable con la del cerezo japonés”, dice Juan Pablo, mientras nos muestra cómo es que trabajó las ramas y raíces para hacer que se desarrolle armónicamente. Los resultados saltan a la vista.

En medio del amplio salón de la galería, el lila encendido de su flor y la forma del árbol roba las miradas de los numerosos visitantes que hacen parada obligada en el pequeño jardín instalado a un costado del ambiente y donde el mayor atractivo es sin duda el pino blanco japonés que está justo al centro, rodeado de un “llamaplata” en forma de cascada y una docena de pequeños árboles que no miden más de 30 centímetros.

El pino, por el contrario alcanza el metro 30 y pesa 150 kilos. Tiene esa forma triangular característica de estos árboles . “Es el típico bonsai japonés y ha llevado 28 años de trabajo hacer que se vea como ahora. Es una prueba de la paciencia que esto lleva”, agrega el cultivador.

ESPECIALES. Y es que en la mística japonesa, antes de empezar el cultivo, uno debe cerrar los ojos para imaginar la figura que quiere lograr. Luego, con el tiempo y ya definida la forma, se entablará un vínculo personal, único entre el hombre y la planta. Llegar al final puede llevar así toda una vida.

Juan Pablo llegó a tener 120 árboles como parte de su colección y gran parte de ella estuvo en la exhibición que comparte con Christian Medina y donde se puede apreciar 12 árboles grandes y medio centenar de otros de menor tamaño, todos de no menos de 8 años de trabajo. Estos, junto a 400 orquídeas forman parte de la 3ra. exposición de estas flores y primera de los arbolitos que congrega desde el viernes y hasta hoy a cientos de visitantes cada día.

Para el gerente de la galería, Walter Medina, esta es una forma de promover el cuidado de la naturaleza y el uso de plantas para la decoración, aún de espacios pequeños y con poca inversión.

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