Estudiantes del Honorio Delgado olvidados hace tres años

Cuando los alumnos del colegio Honorio Delgado Espinoza se enteraron de que las instalaciones de su plantel iban a ser remodelados, jamás pensaron que dicho sueño se iba a convertir en una pesadilla desde hace 3 años.

En efecto, mil 200 escolares del primero al quinto año de secundaria tienen que soportar estudiar en aulas prefabricadas, que se convierten en un horno entre las 10 y 14 horas, baños descuidados, faltan de ambientes para hacer deportes y, principalmente, la ausencia de los talleres de metal mecánica, carpintería, computación y electricidad.

El director de la institución, Javier Salamanca Castro, señaló que hoy la constructora “Prisma” deberá firmar u contrato con los representantes del Programa Nacional de Infraestructuras Educativas (Pronied) para reiniciar las obras del colegio, las mismas que actualmente están abandonadas. “Tenemos el compromiso del Gobierno Regional que, en noviembre, podremos trasladarnos los administrativos, docentes y alumnos, pero en sí la obra debería culminar en 8 meses. No queremos más retrasos”, dijo el docente.

Correo visitó el colegio y encontró que los escolares tienen que hacer formación en un pequeño espacio, sin un techo que los proteja del sol. Solo tienen una pequeña loza deportiva y sus baños están ubicados al costado de un aula del colegio Arequipa, institución que los alberga desde hace 3 años. Los “honorianos” piden regresar a su local.

Reducción. Debido al retraso de las obras, los padres de familia han desistido de matricular a sus hijos en este colegio. Solo en este año, 200 vacantes se han perdido para nuevos alumnos. Cabe resaltar que, en el turno de mañana, los alumnos de primero a tercero de secundaria estudian en 24 aulas.

“Nuestra situación es terrible: no tenemos talleres, no podemos estudiar bien, no contamos, ni siquiera, con baños adecuados. Pedimos al Gobierno que no se olviden de nosotros”. Samuel Gómez Rivera, alumno del 4to “d”. 

“En el colegio somos 65 profesores, damos nuestro mayor esfuerzo para educar a nuevos valores, pero también necesitamos de las instalaciones adecuadas. No es justo ni para nosotros, ni los alumnos”. Rómulo caballero, docente