Ángel, mensajero o soldado, el Tuturutu es sin duda figura emblemática de Arequipa y personaje de historias que se sumergen, generalmente, en el misterio y la fantasía.
Pero hay un relato que es cierto y aún así, no deja de ser curioso. Sucede que a inicios del siglo XX, este hombrecillo dejó de ser el vigilante de la ciudad y quedó abandonado en un taller, de donde fue sacado para quedar resguardado en el Fundo El Fierro, cuando funcionaba como la cárcel de varones.
Eleodoro del Prado fue alcalde de Arequipa en 1907. Nacido en la Ciudad Blanca en 1864, se formó como abogado en la Universidad Nacional de San Agustín, pero también se desarrolló en las artes y letras.
Imbuido por las corrientes modernistas de la época, cuando asumió el cargo de burgomaestre, decidió ejecutar la remodelación de la Plaza de Armas e incluyó en este proyecto el retiro de la pileta y el Tuturutu, para cambiarlos por una pila de mármol. El historiador y sociólogo Juan Guillermo Carpio Muñoz, en su revista Texao, recoge este episodio de la historia de Arequipa, donde indica que la estructura desmontada quedó almacenada en un taller de propiedad de Cayetano Arenas, en la calle Moral.
Se piensa que el dueño del local, y otros arequipeños de la época, decidieron rescatarlo del polvo y el clima y lo llevaron, junto con su base, al Fundo El Fierro, de donde salió años después para volver a la Plaza de Armas, en su pileta.
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EL VALOR DE LA HISTORIAEl historiador Mario Rommel Arce, refiere que es a inicios del siglo XX cuando se toma conciencia sobre la necesidad de la conservación del patrimonio monumental de la ciudad. Luego del terremoto de 1958 la tarea de recuperación cobró mayor importancia.
La suerte de la fuente de la Plaza de Armas , que es del siglo XVIII fue otra. Fue colocada en esa época y desde entonces ha sufrido muchos cambios que no necesariamente quedaron registrados, hasta cuando fue desarmada en 1907. Sin embargo, en 1906, siendo alcalde Manuel Octavio Muñoz Najar, ya se había aprobado el plan de remodelación de la plaza.
“Había la intención de deshacerse de la pileta porque se la consideraba pasada de moda, había ese concepto del esnobismo moderno”, indica Rommel Arce. Desde entonces, afanes similares y otros más escandalosos, han afectado la conservación de los monumentos citadinos, entre ellos el Tuturutu.
“Esto lo hemos visto en la desaparición de casonas antiguas que, lejos de ser recuperadas, se convirtieron en centros comerciales o se destruyeron. A pesar de todo eso, Arequipa todavía puede exhibir atractivos históricos monumentales y no solo en el cercado, sino en distritos”, agrega el historiador.
Por lo mismo, no deja de ver con entusiasmo y también cierto escepticismo las obras de remodelación que emprendió hace semanas la Gerencia del Centro Histórico de la Municipalidad Provincial de Arequipa.
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REFACCIONESLuego de 18 años se da mantenimiento a la pileta, en función a un expediente presentado por la Gerencia del Centro Histórico (CH) en el 2017. Se trabaja el tarrajeo y retiro de cobertura de la fuente y la estatua, eso permitió descubrir escudos tallados en la época republicana, así como 8 figuras de león junto a las pilas.
Se ha contemplado el cambio de toda la estructura mecánica, que data de cuando se instaló. Además la recuperación de piedra, nivelación de piso e impermeabilización, dijo el gerente de CH, Víctor Dibán. En 45 días terminan los trabajos.
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