Las concesiones mineras en el Perú cuestan cuatro veces más que en Chile
Las concesiones mineras en el Perú cuestan cuatro veces más que en Chile

¿En qué tiempo están planteados los adagios de su libro? Son ensayos del presente, es muy amplio hay gente contemporánea cosas como el paternalismo, patriarcarismo y autoritarismo que tenemos hoy, entendido, por ejemplo, en el gerente de una gran empresa que es visto al mismo tiempo como un líder social y que cuida a sus trabajadores, en el tono compasivo que tienen las autoridades hacia la gente, procurando asistir y ayudar, es tratar a todos como niños como a sus propios hijos. Evo Morales se siente un padre para su pueblo, piensa que si deja de gobernar Bolivia va a desaparecer.

¿Cuál es valor más exaltado en su forma de pensar? Lo que une a un pueblo es la justicia, si no podemos esperar justicia unos de otros, entonces nada nos une, ese es el patriotismo verdadero y constitucional, entonces para ser pueblo, hay que ser ciudadano estar activo en los asuntos públicos, una persona desesperada por la necesidad quizás no pueda, una persona embriagada por egoísmo quizás no pueda, pero más que maldecir al gobierno y las autoridades, yo creo que debemos formar para ser justos entre nosotros y reclamar la justicia que se nos debe.

¿De dónde vendría esa formación si son los gobernantes quienes establecen las políticas de educación? ¡Ah no!, por suerte eso es una falsa creencia, el 90% de la educación la da la calle, la da la vida, y los gobernantes tendrían que ser muy poderosos para envilecer completamente a su pueblo, la gente desarrolla sus ideas, sus posiciones, sus políticas. Tenemos que saber reconocer en las personas esa lucidez, por ejemplo ahora me parece que el pueblo chileno, sin líderes ni partidos, es mucho más lúcido al definir cuáles son sus demandas, que toda la gente de su sistema político.

¿Aun con estas manifestaciones que han destruido, prácticamente, la ciudad de Santiago? Están construyendo una nueva atmósfera, más saludable, esa ciudad de Santiago, llena así de injusticia como está, es una cárcel enfermante, ahí no puede ser que los ricos se sigan enriqueciendo sin límites mientras una clase media permanece sin derecho a educación, a la salud, sin jubilación, con pensiones bajísimas. Si el Chile de Piñera fuera posible, no habría Europa, allá nada va a aguantar ni la décima parte de lo que aguanta un chileno y ellos tienen ingresos suficientes como tomar las riendas de su sociedad, el gobierno chileno es una ficción ahora.

¿Cuál es el diagnóstico en el Perú respecto a lo que ocurre en Chile? Las clases dominantes en el Perú cuentan con una población sufrida que aguanta problemas de enfermedad, de transporte, de seguridad cotidiana, como si ellos mismos fueran viles causantes de su propia situación, cuando son ellos quienes producen riqueza, entonces esto debería convertirse en mayores derechos sociales para todos.

¿Qué decisiones se debería empezar a tomar entonces? Revisar el sistema de pensiones, sistema de salud, fomentar el gasto público en esas materias, esa capacidad de los peruanos para producir es en buena parte nuestra riqueza. Es cierto que eso no se puede hacer de la noche a la mañana, demagógicamente, eso sería populismo; pero de que hay que corregir el sistema en que nos metió Fujimori, no hay ninguna duda. Ese sistema vuelve a la gente en la servidumbre del ingreso privado. Se necesita tener ingresos, porque de lo contrario no accedes a nada, ni siquiera a la justicia, en todo lado lo que manda es el billete.

Los gobernantes siempre responden que los ingresos no alcanzan ¿Mienten entonces? Esa respuesta es una moda que ha servido para garantizar el crecimiento. Solo para citar un aspecto, por ejemplo, la concesión minera en el Perú cuesta cuatro veces más de lo que cuesta en Chile, es caro para el capital internacional, y eso está bien, no nos hemos vendido tan barato. Cuando se trata de proyectos mineros, se debe tratar cada caso en forma singular.

Es indispensable que el gobierno local, el gobierno regional y el nacional asuman su responsabilidad de llegar a acuerdos que lleven a la licencia social para facilitar las inversiones, no se pueden escudar en leyes muy abstractas como que el subsuelo se puede concesionar independientemente de lo que se produzca en la suelo y otras cosas así que en realidad son trucos para evadir responsabilidad y decir que la misma empresa tiene que ganar licencia social. ¿Acaso la empresa es gobierno?, ni que estuviéramos en la época de los gamonales, la empresa debe recibir una concesión justa y no enfrentarse directamente con la gente.

¿Cómo debe ser en el caso de Tía María la solución hacia la licencia social? Es obligación del gobierno, sin duda alguna. Recordemos a Ollanta Humala declarando que toda la responsabilidad era de la compañía minera que no había obtenido un acuerdo político en Conga, él mismo se declaraba nulo, porque no se le puede decir a la empresa que haga política.

¿Qué piensa del cierre del Congreso de la República? Estamos en una pausa riesgosa, de confrontación política, pero en el riesgo a veces crece la esperanza, yo prefiero darle el beneficio de la duda al presidente Vizcarra. No fue buena señal que haya presentado al día siguiente de la disolución del Congreso, al Comando Conjunto de la Fuerzas Armadas sentado junto a él, esa es una señal de falta de razones que no es tan grave en su caso, bastaba que el Poder Judicial operara con las premisas que él había puesto, que el Jurado Nacional de Elecciones convocara el proceso, el recurso de la disuasión armada no es para la ciudadanía, pero fue momentáneo y espero que no juegue más con eso.

¿Qué podemos esperar del presidente Vizcarra? Hay otra dimensión más profunda y es que Vizcarra es un político del sur, y sabe la fuerza explosiva del discurso antiparlamentario, especialmente en el sur, y ha jugado con eso para el referéndum y el cierre del Parlamento, con lo que consigue un apoyo inmediato de todas las personas antisistema que en gran parte también en posición antidemocrática, espero que no por ser astuto cometa errores y que sea sincero.

¿Debería renunciar como un sector se lo pide? No, no, no. Son frases irresponsables de quienes lo piden.

¿Qué adagio citado en su libro se ajusta a este momento de la vida política del país? Vox Populi vox Dei, pero centrado en el contenido de cómo es citado en el libro, es que el poder está en el trascendido, una inmundicia que estaba tapada, y cuanto trascendió entonces surgió un poder. Trascender tiene dos significados, darse a conocer algo, y el otro, estar más allá del alcance de la experiencia humana. Esa es la fuerza que tiene ahora la sociedad peruana, de trascender a las miserias morales, y el cartel de cuello blanco lo está pagando. Eso es el poder del pueblo.

¿La elección refleja en algo el nivel de educación del peruano? Quisiera que hubiera una educación cívica más fuerte en las escuelas, entendida como el respeto mutuo en toda la sociedad, y esa conducta está creciendo, algo así como ocurrió con el uso del cinturón de seguridad, debe extenderse a otras conductas, eso se llama civismo.

¿Debe partir de todos entonces? Yo comparto el pensamiento del ensayista uruguayo José Enrique Rodó en el sentido que basta que una sola generación se decida a cambiar, a no heredar los vicios del pasado, a gobernar con una ley justa, vivir mejor, esa una emancipación que no se consigue con bombazos.

¿Serán los llamados pulpines esa generación deseada? Puede ser, creo que sí. A partir de ellos estamos desarrollando una intolerancia contra la violencia a la mujer, aprendiendo a vivir sin tanto plástico, no aceptamos convertir el agua en una mercancía, aprendemos a garantizar el libre acceso al mar, ha fracasado el propósito de privatizar el litoral, a valorar el trabajo de los pescadores artesanales. En realidad se ha hecho grandes tareas y debemos seguir.

¿Podría ocurrirnos lo que está pasando en Chile? Creo que no, aunque estas cosas suelen avanzar a otros ámbitos, pero estamos lejos de lo bueno y lo malo. Nunca hemos llegado al extremo chileno, allí no hay universidad nacional que no cobre, hay estudiantes que se han endeudado a razón de mil dólares mensuales, y tienen que pagarlo en diez años, al salir no acceden al trabajo, su situación es trágica.

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